Texto: Elena Ordinas, directora de marketing y publicidad.

Tengo ganas de dar carpetazo al año más extraño que he vivido desde que tengo uso de razón. Si hacemos memoria, seguro que recordaremos reuniones entre amigos y/o familiares donde especulábamos con que el planeta iba a petar. Y sí, lo ha hecho trayéndonos un virus desconocido más propio de una película de ciencia ficción. Un virus que no solo ha paralizado el planeta y ha puesto a prueba el sistema sanitario y la economía, sino que también ha acarreado dolor e incertidumbre a muchas personas. A mí también como pequeña empresaria.

Pero de esta pandemia, si nos paramos a reflexionar, también hemos sacado cosas buenas. El virus nos ha enseñado que somos capaces de reducir la contaminación hasta en un 80%, nos ha devuelto aguas cristalinas, silencio, generosidad, empatía y, sobre todo, tiempo. Cuando nuestra agenda estaba a punto de colapsar, la COVID ha llegado para revelarnos la importancia de vivir con los cinco sentidos. Y Mallorca – ¡qué afortunados!– nos lo ha puesto fácil. Como amante de los animales y el deporte, he aprendido a mirar a través de las montañas o a respirar a través del mar. Mis oídos han agradecido enormemente la quietud de la ciudad, mientras que el contacto con los animales me ha llevado a experimentar sensaciones que creía olvidadas. Quedémonos con lo bueno que nos ha dado esta pandemia. Amemos más nuestro planeta. Creemos un mundo para personas pero donde quepamos y podamos sobrevivir todos. Con los cinco sentidos.

NO al virus, SÍ a un mundo más sostenible.