Pollença, al norte de la isla, es una zona de gran riqueza histórica, artística y natural. Algunos de sus rincones, como el Port de Pollença, Formentor, Cala Sant Vicenç y Cala Bóquer ofrecen al visitante un entorno de una belleza extraordinaria.
Cerca del camino de Ternelles, a la salida del municipio, se encuentra el Puente Romano, un monumento histórico-artístico desde 1967 de obligada visita. A escasos metros, se puede visitar asimismo el convento de Santo Domingo del s.XVI, del que sobresale su hermoso claustro.
Port de Pollença, un retiro para perderse
A finales del siglo pasado, el Port de Pollença experimentó un notable crecimiento motivado por la llegada de turistas, que pronto sucumbieron a sus encantos. De la misma forma, numerosos artistas, escritores y músicos buscaron en esta pintoresca zona inspiración para sus obras.
Pasear junto al mar, donde se pueden encontrar mansiones flanqueadas por pinos, ir de tiendas o sencillamente sentarse en una de las muchas terrazas desplegadas en el paseo marítimo para disfrutar de una vibrante puesta de sol puede ser un magnífico plan para culminar un gran día. Desde Mallorca Caprice, os recomendamos La Nonna, trattoria pizzería, que cuenta con una terraza espléndida encima de la arena. Allí podréis degustar pasta artesanal y una gran variedad de pizzas caseras (su especialidad). Ya sea para un brunch, un almuerzo o una cena, apúntate La Nonna.
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