El CrossFit, uno de las modalidades de entrenamiento con más tirón de los últimos años, ha vuelto con fuerza. Francisco Saúl Soto, headcoach de FreeMove CrossFit, explica que actualmente “ya podemos dar clases casi de forma normal, pero hemos preferido reducir un poco el cupo para que los usuarios se sientan más seguros”. En sus modernas instalaciones del polígono Son Castelló, se han establecido unos “protocolos de limpieza, seguridad e higiene muy estrictos”, apunta Soto.

“La separación es de 2-2.5 metros y medio y cada persona tiene un área de trabajo de 12 metros cuadrados. El material no se comparte y cada cliente recibe un paño para poder desinfectar su zona de trabajo al finalizar”, explica el responsable del centro. Por el momento, las restricciones se notan más en la zona social, “al ser un deporte que después del entrenamiento invita a compartir y socializar”. Y en los vestuarios y baños, que ahora funcionan al 30% de su capacidad.

En líneas generales, “estamos funcionando muy bien, con muchas altas nuevas. No pensábamos que iba a haber tan buena acogida”, informa Soto. Además, FreeMove CrossFit ha lanzado descuentos para personas que están en ERTE, en paro y para autónomos que han cerrado sus negocios. “Es probable que más gente se inicie en el CrossFit porque se desarrolla en un lugar muy espacioso, personalizado y seguro”, finaliza Soto.