Este año se conmemora el quinto centenario de la llegada de la Reliquia del brazo de Sant Sebastià a Mallorca. Para celebrarlo, desde la Catedral de Mallorca han anunciado que organizarán diversos eventos y actividades para dar a conocer el culto a Sant Sebastià en Palma, y especialmente en la Seu, durante las fiestas patronales que tendrán lugar alrededor del 20 de enero de 2024.

La pieza, que se conserva en la Sala Capitular Barroca del Museo Catedralicio de la Catedral, llegó a la isla en septiembre del año 1523 gracias al Ardiaca de la ciudad de Rodas, Manuel Surianesgui. En 1523 la ciudad de Rodas llevaba un año sitiada por las tropas turcas, un asedio que acabaría con la presencia de las órdenes militares surgidas en las Cruzadas. Para proteger la Reliquia de Sant Sebastià, Manuel Surianesgui, arcediano de la ciudad, se la llevó consigo en su huida a la península ibérica.

En el mes de septiembre de ese año, su barco recaló en el puerto de Palma. La ciudad y la isla sufrían una epidemia de peste, y hacía unos meses que los agermanados -camarillas de menestrales que trataban de levantar al pueblo contra los caballeros y las élites urbanas- se habían rendido frente al virrey Miguel de Gurrea. Después de unos días de escala en Mallorca, Surianesgui quiso partir, llevándose con él la Reliquia, pero un fuerte temporal impidió su marcha. En ese momento se tomó la decisión de dejarla en la Catedral, tal y como consta en el acta que se conserva en el Archivo del Reino de Mallorca, con poder del notario Antoni Carles, y que fue firmada el 3 de septiembre de 1523 por el arcediano, el Cabildo de la Catedral y los jurados de Palma.

La tradición popular señala que, gracias a la decisión de dejar la Reliquia del brazo de Sant Sebastià en Palma, la epidemia de peste remitió, y el santo se convirtió en patrón de la ciudad.