Zanzíbar y Mauricio son dos joyas llenas de historia, cultura, paisajes impresionantes y playas paradisíacas bañadas por el Índico. Ya sea para relajarse en entornos idílicos, explorar su biodiversidad o vivir aventuras, estos destinos son perfectos para desconectar y dejarse llevar por su magia. De la mano de Azulmarino, con vuelos directos desde Madrid con World2Fly, viajar al Índico nunca ha sido tan fácil.
Zanzíbar, La isla de las especias
Zanzíbar es un paraíso que despierta los sentidos. En el corazón de la isla, Stone Town, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un laberinto de callejuelas donde se respira el aroma de las especias y la historia swahili. Muy cerca, las antiguas ruinas de Prison Island conviven con majestuosas tortugas gigantes, mientras que las espectaculares playas de Nungwi y Kendwa invitan a sumergirse en una tranquilidad absoluta.

La paradisíaca playa Muyuni, de aguas cristalinas y arena blanca, es un remanso de paz en Zanzíbar. Fotos: Azulmarino.
Para los amantes de la aventura, la sabana africana aguarda a un corto viaje. El Serengeti y el cráter de Ngorongoro en la Tanzania continental ofrecen un espectáculo que se graba en el alma: leones que reinan sobre la llanura, jirafas que caminan con elegancia entre las acacias y miles de ñus protagonizando la Gran Migración.
Los sabores de Zanzíbar son tan inolvidables como sus paisajes. Los paladares más exigentes se pueden deleitar con mariscos recién pescados, guisos con leche de coco, arroz pilau especiado y, para finalizar, frutas tropicales como la papaya y el mango, que añaden el toque más dulce. Su fascinante cultura, reflejo de influencias africanas, árabes e indias, cobra vida en las danzas ngoma y en los coloridos mercados de artesanía y textiles, que conectan con la esencia más pura del Índico. Desde 1.590€.
Un edén llamado Mauricio
Mauricio seduce con su naturaleza deslumbrante, su vibrante mestizaje cultural y la energía de los bulliciosos mercados de su capital, Port Louis. En la costa este, la Isla de los Ciervos despliega playas de arena fina y aguas cristalinas ideales para la relajación o los deportes acuáticos. Más al suroeste, la imponente silueta de Le Morne Brabant, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, se alza sobre un paisaje volcánico de postal. En el interior de la isla, Chamarel sorprende con la “Tierra de los Siete Colores”, un fascinante fenómeno geológico de tonos ocres y violetas, y el Jardín Botánico de Pamplemousses deslumbra con sus inmensos nenúfares flotantes.
El monte Le Morne Brabant, en Mauricio, es el majestuoso telón de fondo de la playa que descansa a sus pies.
Los curries especiados, el dholl puri relleno de guisantes y los mariscos frescos son sabores imprescindibles, mientras que el aroma de la vainilla y el lichi impregna los postres más tradicionales de la cocina mauriciana.
La esencia multicultural de la isla se percibe en cada rincón, como demuestran las festividades del Cavadee y el Año Nuevo Chino, cuando la isla se llena de farolillos. En el Grand Bassin, un lago sagrado rodeado de templos hindúes, la espiritualidad envuelve el ambiente. La música sega, con su ritmo contagioso, invita a unirse a la alegría local. En Mauricio, cada tradición cuenta una historia y cada paisaje es una llamada a la aventura. Desde 1.175€.
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