Ballena realizando su tránsito migratorio. Foto: OceanCare.

El intenso tráfico marino en el Mediterráneo provocado por buques de pasajeros, transporte de mercancías y todo tipo de barcos provocan elevados niveles de ruido submarino que ponen en peligro a las ballenas y delfines.

Gracias al Plan de Gestión del Corredor de Migración de Cetáceos, España puede convertirse en pionera a nivel mundial en luchar contra el cambio climático y el ruido submarino con medidas que pueden contribuir a reducir la huella climática del transporte marítimo.

“España tiene en sus manos una oportunidad única para reducir de forma cuantitativamente relevante las emisiones de ruido submarino y transformar una zona con una gran intensidad de tráfico marítimo en una zona silenciosa para la fauna marina. El Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo podría convertirse en un ejemplo de importancia internacional de mejores prácticas ambientales en una zona marina protegida”, declaró Nicolas Entrup, codirector de Relaciones Internacionales de OceanCare, organización internacional para la protección del medio marino, en rueda de prensa conjunta con Alnitak y la Fundación Marilles, celebrada en Mallorca.

En el encuentro se presentó el informe de OceanCare “Aguas silenciosas para ballenas y delfines”. Este documento está concebido con el fin de apoyar al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el desarrollo del plan de gestión de la conservación del Corredor de Migración de Cetáceos, con un enfoque particular en las medidas de evitación, reducción y mitigación de actividades generadoras de ruido submarino.

Se incluyen en dicho informe recomendaciones sobre seguimiento y ejecución del plan, con el fin de convertirlo en un ejemplo de Mejores Prácticas en la gobernanza de las áreas marinas protegidas, el cual podría reproducirse en otros lugares del mundo.

“Un Corredor de Migración de Cetáceos bien gestionado y financiado garantizará la conservación y mejora de las poblaciones de estos majestuosos animales, reducirá la contaminación acústica y climática y nos acercará hacia un Mediterráneo más sostenible. Baleares debe jugar un papel clave para que el corredor de cetáceos sea un éxito y un referente mundial en conservación marina”, afirmó Aniol Esteban, director de la Fundación Marilles.

En el Real Decreto 699/2018, que declaró la protección del Corredor de Migración de Cetáceos como Área Marina Protegida, el Gobierno español dejó claro que evitar, mitigar y reducir el ruido antropogénico bajo el agua es uno de los objetivos centrales para salvaguardar la conservación de la gran diversidad de especies marinas que utilizan esta área.

El ruido submarino antropogénico se ha identificado como un contaminante crítico que afecta negativamente a los ecosistemas marinos mundiales en numerosos estudios científicos. A escala mundial, el transporte marítimo comercial es una de las principales causas del ruido submarino, sobre todo porque cerca del 90 % del comercio mundial se realiza por mar.

“Será fundamental realizar una gestión efectiva del tráfico marítimo en el ZEPIM con el fin de reducir el ruido submarino y las emisiones de CO2”, declaró Carlos Bravo, portavoz de OceanCare en España.

En ese sentido, la reducción de la velocidad de los buques es, entre las diferentes medidas operativas disponibles, la que puede contribuir de forma más rentable a reducir el impacto medioambiental del transporte marítimo. De hecho, esta medida permite reducir, de forma muy significativa y con efecto inmediato, las emisiones de CO2, los contaminantes atmosféricos como los óxidos de azufre, los óxidos de nitrógeno, las partículas y el carbono negro, así como el ruido submarino y el riesgo de colisiones con la fauna marina. “Estamos ante una oportunidad única, ya que una medida como la reducción de velocidad beneficia a todos, tanto el medio ambiente, la seguridad en el mar y la propia industria del transporte”, afirmó Ricardo Sagarminaga, director de Alnitak.