Con el objetivo de detener y encontrar soluciones para frenar la pesca y venta ilegal en Balears, la Fundación Marilles realizó un estudio que contó con la participación de 80 representantes de pescadores profesionales, recreativos y pesca submarina, además de inspectores, científicos, restaurantes y organizaciones no gubernamentales.

Los resultados de la investigación destacan que las infracciones son comunes en todos los ámbitos relacionados con la pesca, tanto la profesional como la recreativa y submarina. Los recursos actuales no son suficientes para atajar este problema y hacer cumplir con la normativa existente, tanto en tierra como en mar.

Además, existen muchas barreras-legales, sociales y económicas- que dificultan el trabajo de inspección por parte de inspectores y la fuerza de seguridad. La gran mayoría de consultados conocen casos de infracciones por parte de individuos, restaurantes y hoteles, pero nunca han actuado al respecto.  A la mayoría de restaurantes consultados les han ofrecido pescado ilegal.

“La pesca y venta ilegal de producto pesquero representa una hemorragia de dinero y puestos de trabajo para nuestra economía que hay que frenar urgentemente. Es un problema que debilita al sector pesquero profesional y recreativo; daña las oportunidades de recreo de submarinistas y bañistas y la actividad económica asociada a ellos; y destroza la imagen de una región que quiere ser modelo de sostenibilidad. La administración debe hacer frente a este problema aportando más recursos económicos. Los pescadores deben actuar firmemente para frenar las ilegalidades dentro de su sector. Y los restaurantes y consumidores deben decir no al pescado ilegal.”, declara Aniol Esteban, director de la Fundación Marilles.

El estudio, además, ha registrado la existencia de casos puntuales de connivencia entre pescadores, profesionales y recreativos para “blanquear” pescado y de grupos organizados que venden pescado ilegalmente con sistemas de aviso para evitar ser interceptados por inspectores. “Hay una minoría de personas que dañan la reputación de sectores enteros. Pero también hay gente que, por desconocimiento, es cómplice involuntaria de la pesca ilegal. Ante un problema tan grande y difícil de abarcar, la correcta información y comunicación juegan un papel clave para acabar con ello”, afirma Ana Riera, de Mallorca Preservation.

El objetivo del estudio es poner sobre la mesa un problema que todo el mundo conoce, pero del cual nadie habla. Los resultados de la investigación se han compartido con representantes de todos los sectores, la mayoría de los cuales han validado los resultados y compartido soluciones.

Desde Ibiza Preservation, su directora, Inma Saranova, considera imprescindible sumar esfuerzos en Balears para combatir las prácticas ilegales de pesca y así asegurar la protección de la vida del mar Mediterráneo: “Tenemos que apostar por una pesca sostenible que implique dejar los suficientes peces en el mar para asegurar su reposición, el respeto a los hábitats marinos de Balears, y garantizar que las personas que dependen de la pesca en nuestras islas puedan seguir manteniendo su forma de vida”.

La investigación se ha llevado a cabo bajo la norma “Chatham house”, según la cual se revela lo que se dice, pero no quién lo dice. El estudio ha contado con el apoyo financiero de la Mallorca Preservation y de Blue Marine; y la colaboración de Menorca Preservation e Ibiza Preservation.

Un pescador quita langostas de las redes

Un pescador quita langostas de las redes. Foto: David Arquimbau.