Desde la Associació de Foners y Pastissers de Baleares reivindican sus elaboraciones como parte de la identidad cultural y hacen un llamamiento para la captación de mano de obra

La nueva junta de la Associació de Foners y Pastissers de Baleares, presidida por Miquel Àngel Torres, ha solicitado al Govern ayudas directas para las empresas y artesanos que están al frente de las panaderías y pastelerías de las islas. La asociación considera “indispensable” este apoyo para garantizar una transición generacional: “Estamos ante una situación muy delicada por lo que hace la capacidad que tienen nuestras empresas para seguir produciendo de manera tradicional y artesanal, que es la que al fin y al cabo certifica la autenticidad y la manera que tenemos de hacer determinados productos tradicionales en nuestras islas”, ha manifestado Torrens.

La entidad ha remarcado la importancia de proteger su actividad desde la Administración: “Nuestro trabajo y nuestras elaboraciones forman parte de nuestra identidad como pueblo. Todas las celebraciones y fiestas de una manera u otra llevan implícita la gastronomía. Rubiols, panades, ensaïmades, crespells, coques d’anís i patata, coques de verdura y así podríamos seguir. Estos productos son fruto de un trabajo artesanal que debemos preservar y potenciar al máximo y no dejar en manos de la producción en serie de congelados todo nuestro conocimiento e historia”.

La escasez de mano de obra en el sector también preocupa al organismo, que advierte que “la mayoría de puestos de trabajo se cubren con trabajadores de fuera” y “solo un 25 % de los alumnos” que se forman aquí, en el Instituto Josep Sureda i Blanes, se terminan dedicando a esta actividad.

Las polémicas ensaïmadas en el aeropuerto

Desde la Associació de Foners i Pastissers de Baleares consideran que la ensaïmada de Mallorca “ha sido banalizada por máquinas industriales ubicadas en el aeropuerto, restando calidad y autenticidad, y con unos claros perjuicios para la imagen de Mallorca”. A su juicio, “AENA debería facilitar y promover la producción artesanal y certificada de un territorio, no hacer una competencia con productos que no siguen los cánones y desde una posición de fuerza y dominio. Pensamos que Mallorca y Balears no merece este trato por todo lo que aporta al turismo nacional”.

El sector hace también un llamamiento a respetar las maneras de hacer y la materia prima y ha puesto como ejemplo el “demonizado” saïm por su contenido calórico: “Se crean corrientes de opinión que sin conocer nada del sector ni de nuestra historia proponen alternativas que son simplemente disparates”, han denunciado.