Raúl Beltrán. Palma. Fotos: Pep Caparrós.
Dice la ordenanza municipal de circulación de Palma, en su artículo 45, que “en caso alguno y bajo ninguna circunstancia, los vehículos que realicen operaciones de carga y descarga podrán hacerlo en los lugares donde esté prohibida la parada y/o en doble fila”. Tarea nada fácil para quienes se dedican al reparto de mercancías en una ciudad cada vez más saturada de vehículos. “Los carga y descarga están casi siempre ocupados por vehículos que no están autorizados a aparcar en ellos, muchas veces por padres y madres que llevan a sus hijos a los colegios”, lamenta Bernardo Mas, quien se enfrenta a la ardua tarea de ser repartidor en Palma. Además, prosigue, “como estos estacionamientos reservados suelen estar frente a un bar, los conductores dejan el coche y vigilan el vehículo mientras toman el café. Así si ven llegar a la policía lo quitan. Pero mientras se toma el café, los repartidores lo tenemos que dejar en medio de la calle, encima de la acera… A esos vehículos mal estacionados no les dicen nada, pero a nosotros sí que nos meten caña”, lamenta.
Los codiciados carga y descarga
La ocupación de los carga y descarga por vehículos corrientes es el problema más común que denuncian los repartidores. En ello coincide Pedro Antonio Ramis, que distribuye bebidas. “Suelen estar ocupados, así que tú aparcas en doble fila y cuando te viene a reñir el policía de turno le dices: multa primero a los coches y después habla conmigo”. Ramis cree que algunos agentes “tienen más empatía” con esta situación, mientras otros “se levantan de mal humor. Palma centro es demasiado complicado. He repartido mucho en Santa Ponça y Palmanova y los agentes son más empáticos”.
Lo explica desde la calle Blanquerna, peatonal y con horario restringido para desarrollar su actividad. “Aquí se puede hacer reparto hasta las 10:00, pero muchos clientes abren más tarde y todos exigen que sirvas a la misma hora. Tengo tres repartos a las 12:00 pero… ¿a esa hora cómo entro yo aquí? Deberían permitir más horas de apertura para hacer nuestro trabajo”, reclama.
“Discutimos todo el día”
Misma zona en la que se encuentra Francisco Casado, repartidor de alimentación. “Hay mucho tráfico y la gente conduce muy mal. Muchos van con el teléfono en la mano y, en los semáforos, siempre me toca pitar porque la gente aprovecha el parón para usar el móvil y cuando se pone verde no arrancan”, manifiesta. Para Casado, los repartidores tendrían que tener más puntos de carné. “Estamos todo el día al volante; si te ponen una multa, la tienes que pagar tú y si te quitan el carné…”. Sobre el uso de los carga y descarga sentencia: “Discutimos todo el día, siempre están ocupados”.
¿Hay entonces suficientes? Antonio Gordillo, repartidor de helados, ironiza: “Si todo el mundo los respetara, sí, pero como la gente no lo respeta, siempre tenemos ese problemilla de estrés en Palma, donde uno no sabe dónde aparcar. Por lo demás, si te gusta el trabajo, no hay ningún problema”, finaliza.
La empresa logística de referencia en Palma Angel24 apunta que las empresas de reparto se enfrentan a “restricciones cada vez mayores” en zonas del centro, horarios e incluso en requisitos medioambientales. Al mismo tiempo, “las expectativas de los destinatarios son cada vez más elevadas”. La respuesta se materializa en “flotas más modernas, vehículos de cero emisiones y tecnología como los smart lockers de proximidad”. |
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