Texto: V.S.
De madre mallorquina y padre alemán y con 15 años de experiencia en el sector inmobiliario, Hans Lenz reprueba que la sociedad haya evolucionado en una dirección y el urbanismo se haya quedado estancado.
Engel & Völkers no solo opera en los barrios más acomodados. ¿Qué nos puede contar del proyecto Nou Llevant?
Dentro de Nou Llevant hay un proyecto de ciudad descentralizada muy interesante en el cual se quiere crear una ciudad 15 minutos en la que se pueda acceder a cualquier servicio (ya sea un espacio universitario, un espacio de innovación, un museo, el lugar de trabajo, la vivienda, etc.) en ese tiempo.
¿La COVID-19 tiene algo que ver con esta nueva concepción de la movilidad?
Encerrar a todo el mundo en casa ha hecho que nos planteemos estos aspectos de movilidad pero son proyectos antiguos. Incluso en el Parc Bit originariamente se tenía esta idea pero se quitaron las viviendas del proyecto porque se decía que era un proyecto urbanístico enfrascado.
¿Hablamos de un proyecto experimental?
Es una mezcla de muchas cosas. Por una parte, es una zona que se está recuperando de la degradación que tuvo en el pasado. Luego tenemos unas empresas, como el Palacio de Congresos, que cambian diametralmente el aspecto de la zona. Ahora se están desarrollando una serie de proyectos inmobiliarios residenciales con un público objetivo 70% local y un 30% internacional.
¿Entonces Engel & Volkers también ofrece soluciones al consumidor local?
Por supuesto. En Engel & Volkers llevamos bastantes años diversificándonos para que una persona pueda encontrar todo tipo de soluciones en cualquier tipo de inmueble. Tenemos muchas esperanzas puestas en que nos podamos integrar cada vez más dentro del tejido empresarial y social de las islas.
En Nou Llevant se quiere crear una ciudad 15 minutos
¿En qué punto se encuentra el mercado del alquiler y compra de viviendas en Baleares?
El mercado de alquiler y compra de viviendas en Baleares es de unos cuatro mil millones de euros al año, del cual se reparte un 60% en comprador nacional y un 40% en comprador internacional, atendiendo al valor de las operaciones. Este año tuvo un arranque bastante fuerte y por culpa de la pandemia se interrumpió bruscamente. En la primera mitad de año, el número de operaciones ha bajado un 36% y el valor de las transacciones un 22%. Lo curioso es que el precio medio de lo que se ha vendido ha subido un 22%.
¿Podemos confirmar pues que el sector lujo está sorteando la crisis?
Es evidente. Pero lo más preocupante es que se dedican muchos esfuerzos a desarrollar vivienda de lujo y no se pueden dedicar unos esfuerzos comparables para crear una vivienda de precio asequible porque no se dan las condiciones, porque no hay el suelo, porque los parámetros urbanísticos que tenemos son de hace 40 o 50 años y no están adaptados a los modelos de hogar actuales, con cada vez menos personas viviendo en el mismo hogar. Se estima que la cantidad de hogares donde va a vivir una única persona en los siguientes años va a subir un 20% pero a los promotores no se les permite construir pisos de 40 metros cuadrados.
¿Quiénes han tomado la decisión de comprarse una vivienda en la primera mitad de año?
Un 48% han sido alemanes y un 18% británicos. Hemos notado una prisa por mejorar la situación personal. No pocos han decidido que si se van a confinar otra vez, será aquí. El confinamiento ha hecho que nos replanteemos muchos aspectos, como qué tipo de vivienda queremos. Si a esto, además, le añadimos una situación de seguridad – también sanitaria– en las islas y un medio ambiente fenomenal… todo encaja.
El precio medio vendido ha subido un 22% en el primer semestre
¿Prevéis que la pandemia va a tener un impacto en el valor de los inmuebles?
Lo estamos viendo ya. Los precios de las segundas residencias están completamente planos, al nivel que estaban hace un año. En cambio, en las zonas de mercado de consumidor local sí que se están ajustando. Hasta dónde llegarán no lo sabemos.
¿Y el mercado del alquiler?
En el mercado del alquiler también están bajando los precios. El problema es que ahora se va a querer regular desde Madrid y este tipo de intervención está ampliamente demostrado que tiene unas consecuencias nefastas. Lo que ha funcionado hasta ahora en otros países europeos es tener un parque de viviendas público importante. Me refiero, quizás, a un 20% del total de viviendas.
El coronavirus ha disparado las compras por internet. ¿También ha llegado esta tendencia al sector inmobiliario?
La falta de movilidad ha acelerado la digitalización hasta el punto de que ya se está apostando por verdaderos sets de producción de televisión que se emplean para proyectar la futura vivienda con una persona en directo que conversa y responde las dudas de todos los interesados. Ahora bien, la realidad es que muy pocas personas compran sin haberlo visto personalmente.
¿Cuál es el mayor reto del sector inmobiliario para preservar el medio ambiente?
Está claro que no hay que destruir más suelo pero tampoco podemos quitar 50.000 viviendas en la peor crisis económica porque quien más se va a ver afectado es el trabajador medio.
Los edificios, por otro lado, tienen que ser más verdes. Dentro de 20 años veremos unos edificios realmente alucinantes. Por entonces, el trabajo duro será adecuar todos los edificios antiguos y eso generará una industria en sí misma que podría ser una de las soluciones para generar empleo.
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