Con miradas a favor y en contra, volvió el cambio de hora de invierno que siempre se produce el último domingo del mes de octubre. Cuando el reloj apuntó a las 3 de la madrugada, fueron las 2, por lo tanto tuvimos una hora más para dormir.
Desde el punto de vista físico, la modificación del horario a veces puede generar síntomas de somnolencia, cansancio e incluso falta de atención.
“El cambio de horario, aunque solo sea de una hora, altera el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibra al reloj interno, que tarda varios días en reajustarse. Cambiar la hora implica un periodo de adaptación y es por ello que se eligió hacer en la madrugada del sábado al domingo. A pesar de ello, no es infrecuente que los primeros días después del cambio de hora algunas personas refieran irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio”, señala la Sociedad Española de Sueño.
La entidad agrega que en España lo más conveniente para la salud “es que exista un horario estable sin cambios durante el año y que se mantenga de forma permanente el horario de invierno ya que se conseguiría una mayor exposición a la luz solar durante la franja horaria laboral y escolar más habitual, entre las 8:00 h y las 17:00 h, especialmente en las primeras horas de la mañana”.
La Asociación para la Racionalización de Horarios (ARHOE) también considera que es mejor vivir todo el año con el horario de invierno. “Tenemos un tiempo interno, que es el que marca nuestro reloj biológico; un tiempo externo ambiental (ciclo luz-oscuridad) y un tiempo externo social (horario oficial, de trabajo y de ocio). Estos tres tiempos tienen que estar bien alineados si no queremos que se produzca una cronodisrupción. Para evitar esta situación, se propone regularidad de hábitos, contraste entre el día y la noche, y sincronización con nuestros horarios de ocio y de trabajo”, señala el colectivo.
Lo cierto es que habrá mañanas más luminosas y tarde más cortas. Esta medida la puso en marcha Europa en 1974 y desde ese año se realiza sin excepción con el objetivo de ahorrar energía y aprovecha la luz solar.
El Parlamento Europeo debatió en 2018 la posibilidad de eliminar los cambios de hora a partir de este año. Por ahora nada se ha definido y el horario sigue unificado.
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