Empezar a recoger frutos deportivos tan pronto le animó a apostar de lleno por su carrera como triatleta. “Era consciente de que no todo el mundo puede aspirar a competir a nivel internacional o ir a unos juegos olímpicos”, rememora el mallorquín Mario Mola, triple campeón del mundo de triatlón. La universidad podía esperar -finalmente se graduó en ADE-, pero subirse al tren para convertirse en una leyenda deportiva no.

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El mallorquín Mario Mola. Fotos: Javier Theilacker.

“Si tuviera que escribir un libro sobre mi vida sería muy aburrido”, bromea al hablar de toda una década en la cúspide del deporte sin apenas altibajos. Su victoria más especial fue la de 2018, cuando su mujer, la también triatleta Carolina Routier, tuvo un accidente con la bici “que fue muy duro. A pesar de que esto nos puso a prueba, estoy muy orgulloso primero de cómo salió ella de todo aquello y segundo porque fue el año que gané el mundial con más margen”.

Mola sigue en activo -este 2023 se proclamó campeón del mundo de duatlón en Ibiza- pero es consciente de que “el momento de máximo esplendor quedó atrás”. Además, su situación familiar junto a Carolina Routier ha cambiado. “Afortunadamente, fuimos padres hace año y medio y el deporte pasa a un segundo plano. Y en triatlón o estás al 100% o es muy difícil competir con los que sí lo están. A pesar de seguir con ganas de competir, sé que lo que hice durante diez años fue vivir y desvivirme por el deporte. La suerte es que disfruté tanto del proceso como de la competición, además de que pude vivirlo junto a mi mujer”. Eran años de coger la maleta en diciembre y no volver a la isla hasta octubre. “Nunca hemos tenido días de descanso, festivos, navidades ni nada por el estilo. Ahora cuando voy a comer con la familia, me doy cuenta de a lo que estaba renunciando; en ese momento era mi trabajo y lo disfrutaba”.

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También tiene más tiempo para estar en su isla, donde la Federación ha formado un grupo de entrenamiento que le conecta con las nuevas generaciones. “No somos conscientes de la suerte que tenemos aquí para practicar deporte en exterior de forma segura. En otros sitios como Nueva Zelanda o Australia te llama la atención el poco respeto a los ciclistas”. Mola observa que los jóvenes “están más acostumbrados a tener todo más deprisa y eso hace que a veces no tengan la paciencia que teníamos de trabajar cara a un resultado que no llegará mañana ni pasado, aunque están muy preparados. A principios de los 2000 nadie conocía este deporte, pero tuvimos la suerte de contar con figuras como Iván Raña y luego Javier Gómez Noya, que colocaron el triatlón en la cúspide. Ahora todo el mundo conoce gente que ha hecho un Ironman, por ejemplo”.

Los Juegos de París, en el aire

Con los Juegos Olímpicos de París a la vuelta de la esquina, Mola no ha perdido la esperanza de acudir, aunque es consciente de la dificultad que entraña. “Si mi actual ritmo me basta para ser competitivo y disputarlos, fantástico, pero si no, no tengo problema, porque sé que unos Juegos exigen dedicación máxima y no quiero renunciar a esta nueva etapa de mi vida”. Se marca objetivos más cortos y asumibles. “Estoy haciendo temporada de cross, prepararé alguna carrera en invierno, quizás el europeo de duatlón… e ir viendo”.

Con la vista puesta en el futuro, también estudiará un MBA de temática deportiva en febrero, ya que reconoce que el binomio deporte y finanzas sería una buena combinación para su vida post deportiva. “Explotar las redes sociales es una salida fácil, pero no me gustaría tener que estar en el foco, nunca me he movido cómodo en ellas. Prefiero ir a un colegio y hablar con los alumnos que compartir una imagen en redes, aunque las dos acciones tengan el objetivo de motivar a hacer deporte a la gente joven”.

El mallorquín tiene claro que prefiere una transición progresiva en lugar de enfrentarse de golpe “al abismo y pasar unos años terriblemente hundido. Me he mentalizado de que nada es eterno. Añoraré la emoción de tener esa atención tan extrema cuando compites, pero ahora tengo que encontrarla en otro sitio y este es mi único miedo, no encontrar algo que me motive e ilusione como lo ha hecho el deporte”.

💡 Reportaje incluido en la revista Mallorca Global Mag, edición otoño-invierno 2023-2024.

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