Los paladares más exquisitos encuentran en Paseo Mallorca espectaculares presentaciones de sugerentes bebidas para cada momento. Una zona perfecta para descubrir los mejores cócteles en Mallorca.
“Elegimos Paseo Mallorca porque estaba apartado del bullicio, no esperábamos el ‘boom’ que hay ahora”. Así recuerda Rafa Martín, dueño de Brassclub, la apertura de su local hace 8 años en el paseo palmesano que hoy ejerce de ‘milla de oro’ de la coctelería mallorquina, junto a Ginbo y Chapeau 1987. La evolución de los cócteles en Mallorca ha sido exponencial desde entonces. “Teníamos claro que había que educar los paladares, porque en España estamos más acostumbrados al vino y a las cañitas”, explica Martín.
“Elaborar la carta es un trabajo complejo pero divertido”, apunta el experto del Brass, mientras relata cómo la variedad, la búsqueda de cócteles diferentes y la armonía de sabores -dulces, cítricos, ahumados…- se tienen en cuenta. “Incluso pensamos en quienes no beben alcohol o apenas lo consumen; los ‘low alcohol’ son una tendencia al alza”. Y es que los consumidores, cada vez más, tienen la opción de degustar espectaculares cócteles en Mallorca sin necesidad de ingerir alcohol.
La espectacular puesta en escena de muchas de estas creaciones llama cada vez más la atención de los consumidores, que incluso pudieron saborearlos en casa cuando irrumpió la pandemia. Martín asegura que “hay un cóctel para cada momento y persona. Con una serie de preguntas, como si fuéramos psicólogos de barra, captamos lo que mejor les encaja”.
Cócteles con Mallorca en cada sorbo
El producto local y de temporada es otro de los grandes protagonistas de la carta. El equipo de Martín da “mucha importancia a crear algo cercano” y en todas sus creaciones utilizan algún producto local. Recomienda el famoso mojito de palo: “A la gente le sorprende beber palo infusionado con albahaca, jengibre y espuma de cerveza negra. Para mí, uno de los mejores y un pequeño homenaje a la isla”.
Disfrutar de alguno de estos cócteles en Mallorca es otra forma de acercarse a la tradición y a los ingredientes típicos de la isla. También para viajar a través de los sentidos a países remotos. Pero, sobre todo, sus sorbos invitan a la relajación y al disfrute.
Texto: Raúl Beltrán.
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