Texto: Raúl Beltrán.
Fotos: Cecilia Bayonas y Torres Ibarzo.
La Terremoto de Alcorcón (Pepa Charro) lleva ya 20 años vinculada a Mallorca. Es cantante, actriz, cómica, maestra de ceremonias… ¡Ha hecho de todo! Hasta grabar con Pedro Almodóvar. Y acaba este año con más popularidad, si cabe, después de pasar por los fogones del programa de cocina más exitoso de la televisión, que se ha encargado de aderezar con sus looks de otro planeta y su inagotable desparpajo.
Cine, televisión, teatro, música… ¿Dónde te sientes más cómoda?
¡Y no te olvides de la hostelería! Siempre fui muy culebrilla. Quiero hacerlo todo y como me decía mi madre, “llevármelo todo por delante”. Pero mi charca favorita siempre será un escenario. Añoro el contacto con el público y deseo que podamos tocarnos con mucho amor y más ganas en breve.
¿Hay algo que te quede por hacer?
Solo me queda ser la chica del tiempo; que se cumpla la promesa del alcalde de Alcorcón y poner una rotonda con mi nombre en dicha localidad; dar las campanadas y hacer un saque de honor en el campo del Athletic de Bilbao.
¿Cómo te dio por venir a Mallorca?
Mi primera visita a la isla fue trabajando en el Banco Santander, en su oficina principal. Nunca habría pensado que mi segunda sería para subirme a un escenario y de la mano de las mejores maestras y hermanas, las Diabéticas Aceleradas. Fue idea de ellas traerme a esta bendita isla. Si yo pensaba que vivía bien, no tenía ni idea de lo que era calidad de vida. Y claro, me quedé…
¿Qué encontraste al llegar que hizo que hasta hoy sigas en la isla?
Una luz que ofrece ponerse protección 50 los 365 días del año, descubrir a qué sabe la verdadera sobrasada, el local más emblemático de la isla, el Flexas, claro está, y mucho mucho amor. ¡Mel, mel mel…! que dirían las Diabéticas.
¿Cómo surge la idea de abrir un bar restaurante como el Flexas?
Nunca quise abrir un bar y menos un restaurante, no estaba en mis planes, pero mi vida está llena de acontecimientos sorpresa. El Flexas fue uno más. Si hay algo que no se ha hecho muy bien en la isla es proteger los negocios y locales emblemáticos que dotan de carácter a Mallorca, así que mi socio y arcángel Xavi de las Heras y yo nos alzamos con el título de ‘salvaores’, como la copla. Rescatamos este local de 1890 (año desde el que se sabe que es bar, aunque la licencia sea de 1944) y con nuestras manos, nuestros corazones y nuestros amigos restauramos el local para que el Flexas perdurara en el casco viejo de la ciudad.
¿Cuáles son tus rincones favoritos de Mallorca en estos meses de invierno?
Una playa: Las rocas que hay delante de la casa de mi suegra en Can Picafort.
Un pueblo: ¡Santa Margalida siempre! ¡Y los días de mercado más!
Un lugar para perderte: Can Believet, nuestra casita de campo.
¿Qué tiene Masterchef que tanto atrapa a todos los participantes?
Cuando eres ajena a él crees que los argumentos de sus aspirantes tras cada edición son meramente televisivos, pero no es así. Realmente se trata de una experiencia única, como el primer campamento de verano, un ejercicio de superación y convivencia, un aprendizaje duro y laborioso pero tan enriquecedor que quisieras volver a pasarlo a pesar de su exigencia y dureza.
¿La experiencia del Flexas te ha dado tablas para el concurso?
¡Muchas! En sala no las necesitaba, la poca vergüenza ya me acompañaba antes, pero la verdad es que nunca me acerqué mucho a la cocina así que entré en las cocinas de Masterchef bien pez.
¿Qué proyectos tienes para los próximos meses?
Estoy preparando algo para los pequeños de la casa con un toque vanguardista y loco. Ya lo veréis, espero. Una peli fuera de España, alguna canción nueva, cursos on line, seguir cocinando… La cosa es no parar.
¿Seguirás vinculada a la isla?
Siempre. Esta isla forma parte de mi ADN; mis genes ya llevan tumbet, cardenal, camaiot…
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