Texto: Raúl Beltrán.
El modelo turístico más relajado y de contacto con la naturaleza de Menorca no deja de sorprender a quienes la visitan. Que muchos repitan ya avanza lo difícil que es resistirse a sus encantos. Una isla de alrededor de 100.000 habitantes ejemplar en la preservación de su territorio, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. ¿Apetece dedicar unos días a conocer sus encantos? Aquí van algunos planes en Menorca en invierno, el encanto de una isla natural.
CAMÍ DE CAVALLS: Rodeando los 185 kilómetros de la isla por etapas
El Camí de Cavalls es un particular ‘Camino de Santiago’ balear. Casi 200 kilómetros de senderos ancestrales que rodean Menorca descubriendo sus irresistibles encantos naturales. Turismo de Menorca divide esta ruta en 20 etapas pero, ¿y si juntas todas ellas? Entonces podrás dedicar días y días para dar la vuelta a Menorca a pie, en bici o a caballo a través de este GR223 que se inicia en Sa Mesquida y finaliza en Cala Sant Esteve.
Esta ruta requiere equipamiento adecuado a las condiciones climatológicas y atención a las señalizaciones, ya que a veces discurre por propiedades privadas. Respetar las normas es clave para su preservación y una de ellas es la prohibición de acampar. Por eso, para dormir, lo ideal es planificar al detalle los alojamientos según las etapas que se vayan a recorrer o contratar esta experiencia con alguna compañía local de aventura. Para estos meses de invierno es imprescindible ir bien abrigado.
RUTA DE FORTIFICACIONES BRITÁNICAS: La herencia de la ocupación anglosajona en el siglo XVIII
Los británicos no pudieron resistirse a los encantos y a la situación estratégica de la isla de Menorca, que conquistaron en el año 1708. El Reino de Gran Bretaña devolvió su soberanía a España en 1802, casi un siglo de ocupación que dejó una importante huella en la isla. Palabras de origen inglés incorporadas a la lengua local, gastronomía, juegos populares y un extenso patrimonio que puede conocerse a través de la Ruta Británica y Fortificada de Menorca.
El codiciado puerto de Maó concentra gran parte de una ruta repleta de arquitectura defensiva, con el cercano Fuerte Marlborough, el castillo de San Felipe y la torre de Stuart o d’en Penjat. En medio del puerto, se puede visitar la Isla del Rey, donde se encuentran los restos de la basílica paleocristiana y el antiguo hospital militar. Numerosas torres de defensa de construcción británica se reparten desde el puerto hacia la costa norte de la isla y sirven para seguir los pasos de este histórico legado británico.
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