Daniil Medvedev devuelve la última pelota en la final del Abierto de Australia tras más de cinco horas de partido, pero no pasa la red. Rafael Nadal se cubre la cara con las manos y sonríe. Así, regala una vez más un momento histórico para el tenis mundial, una imagen que queda para siempre. El momento en el que se convierte en el tenista más importante de la historia al conquistar 21 torneos grand slam.
13 Roland Garros, 2 Abiertos de Australia, 4 Abiertos de EE.UU. y 2 Wimbledon ha cosechado a lo largo de toda su carrera el tenista mallorquín, que una vez más logró la atención del planeta en una final de 5 horas y 25 minutos para el infarto con un triunfo por 2-6, 6-7 (5), 6-4, 6-4 y 7-5.
Las repercusiones infinitas de esta hazaña deportiva sobrepasaron los límites del tenis. Deportistas de otras disciplinas, clubes de fútbol y hasta la cuenta oficial de la Casa Real se han hecho eco de la gesta del manacorí, que hace solo seis meses andaba en muletas.
“¡Enhorabuena por tu gigantesca victoria en el Open de Australia, Rafael Nadal, tu histórico Grand Slam número 21! Estamos orgullosos de que un gran madridista como tú y socio de honor de nuestro club sea una leyenda del deporte y el tenista más grande de todos los tiempos”, publicó el Real Madrid en su cuenta oficial.
Los elogios y las felicitaciones también llegaron del histórico rival. “Enhorabuena, @RafaelNadal. Has hecho historia. Estamos orgullosos de tu gesta y los valores que demuestras. Lo importante no son tus 21 títulos de Grand Slam, es cómo los has conseguido”, escribió la cuenta del Atlético Madrid.
“Madre mía qué brutalidad. Qué entrega, qué mente, qué garra, qué REFERENCIA, qué de todo. A tus pies Rafael Nadal”, se deshizo en elogios el automovilista Marc Márquez.
La Casa Real también se pronunció en redes sociales ante la épica victoria. “Rafa, se nos acaban los calificativos. No hay obstáculos para quien no tiene límites. El mejor tenis del mundo, lo representas tú”, afirmó la cuenta oficial.
Los rivales, a sus pies
Roger Federer y Novak Djokovic reconocieron el triunfo del mallorquín, demostrando que la rivalidad solo existe en el campo de juego.
“¡Qué partido! A mi amigo y gran rival, Rafael Nadal. Felicitaciones de corazón por convertirte en el primer hombre en ganar 21 títulos de Grand Slam en individuales”, dijo Federer en una publicación en redes sociales.
“Hace unos meses bromeábamos con que los dos íbamos con muletas. Increíble. Nunca subestimes a un gran campeón”, afirmó el jugador suizo sobre Nadal.
“Estoy orgulloso de compartir esta era contigo y me siento honrado de jugar un rol en impulsarte a lograr más”, agregó Federer. “Como lo has hecho tú por mí durante los últimos 18 años”.
Djokovic, por su parte, expresó en su cuenta de Instagram: “Enhorabuena a @rafaelnadal por el 21º Grand Slam. Increíble logro. Siempre impresionante espíritu de lucha que prevaleció otra vez”, dijo el jugador serbio.
¿Cuál es el secreto de sus logros?
La actitud, la mentalidad y el objetivo claro son cualidades que definen a Rafael Nadal a lo largo de toda su trayectoria. El psicólogo estadounidense Martin Seligman, padre de la psicología positiva, ha elaborado una serie de conceptos que pueden ayudar a comprender la “cabeza” de Nadal. Ellos son: creatividad, valentía, autocontrol, persistencia, humildad, perspectiva y prudencia.
Actitud y compromiso: una anécdota que lo define
Rafa, mi historia (2011) se llama el libro que escribió el periodista inglés John Carlin con el tenista, una suerte de biografía que abarca todos los aspectos de su vida y narra de manera detallada el triunfo ante Federer en la final de Wimbledon 2008, definido por John McEnroe como “el mejor partido de tenis jamás visto”, y la conquista del US Open, en 2010, frente al serbio Novak Djokovic.
Luego de obtener el torneo, Nadal cenó con su equipo y familia; al otro día concedió una entrevista en la calle a la cadena NBC por la mañana y después se tomó fotos en Times Square, custodiado por un cordón de policías mientras los fans gritaban y las bocinas de los autos lo cubrían todo.
Tomó el vuelo y llegó a Manacor al día siguiente. No había banda de música ni comité de bienvenida, no había ningún alboroto en absoluto- recuerda Carlin en su libro-. Aquella noche salió con sus amigos de la infancia y a la mañana siguiente, a las once, volvió a la pista para cambiar pelotazos con su tío Toni, los dos tan absortos y serios como siempre, como si todo estuviese aún por jugar y no hubiera conseguido mucho.
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