La cara menos visible de la ciudad, la de las personas sin hogar, va a más. Teresa Riera, técnica del servicio de vivienda y personas sin hogar de Cáritas lleva más de 20 años ayudando a este colectivo y ratifica el aumento de personas en situación de calle. El principal motivo no viene de las crisis económicas ni de la reciente pandemia, “en Mallorca ha sido decisivo el gran problema del acceso a la vivienda y la especulación”.
Nuevos perfiles
Mujeres: “El número ha subido muchísimo. Los centros están muy masculinizados y los peligros son infinitamente más grandes. Va a tener que cambiar la manera en la que intervenimos. Es muy común que busquen pareja como forma de protección; escuchamos a mujeres que dicen: «Prefiero que abuse de mí uno en lugar de todos» ”.
Personas mayores: “El problema es la falta de acceso a residencias. Ahora se dan muchos casos de gente mayor de 80 años”.
Enfermos mentales: “Cuando cerraron los pabellones del psiquiátrico, se cambió el modelo de atención a la salud mental, que está muy bien, pero ha excluido a muchos y ahora son los nuevos perfiles de calle”.
“Escuchamos a mujeres que dicen: «Prefiero que abuse de mí uno en lugar de todos» ”
La fragilidad del sistema hace que personas con una vida muy normalizada de repente se vean sin hogar. “Si te quedas sin trabajo y sin vivienda, estás en situación de calle o tienes que acudir a un recurso -la mayoría colapsados- para personas sin hogar”, advierte Riera, quien llama a “no estigmatizar, dar visibilidad y no culpabilizar. Estamos en una sociedad muy del descarte y hay que ver cómo incluimos entre todos a este colectivo tan vulnerable”, finaliza.
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