Estimado lector, volvemos a vernos, lo cual agradecemos sobremanera. Si usted está ahí y nosotros aquí es que nuestro objetivo se ha vuelto a cumplir: ofrecer un producto informativo de actualidad ante el que pueda parar su reloj social y disfrutar de la lectura, para relajarse, informarse, formarse, compartir pensamientos y alimentar su sentido crítico. Que siga saliendo a la calle una revista independiente de información general y opinión como Mallorca Global Mag es un indicativo indiscutible de que periodistas, columnistas, lectores y anunciantes seguimos en sintonía. Lo celebro y les recomiendo que la lean sin prisas, parándose en los numerosos rincones de sus páginas, dejándola descansar y retomándola más adelante; verán que aquí hay más vida de la que a simple vista pudiera parecer.
Abrimos este número mirando al cielo, que es de donde nos pueden llegar los peligros reales, a tenor de las imágenes que todos llevamos incrustadas en nuestro cerebro: los destellos sobre fondos oscuros de skylines en noches cerradas y sirenas rompiendo el silencio de alguna ciudad árabe u occidental, léase Kiev, Gaza, Teherán, Jerusalén o cualquier otra a unos cuantos miles de kilómetros de nosotros. En este caso miramos al cielo del Puig Major, a la icónica bola-radar visible desde casi toda Mallorca, para hablar con su residente por excelencia, “la centinela del cielo balear”, comandante del Escuadrón de Vigilancia Aérea de Sóller, María Cruz Acero, una militar bregada en acciones internacionales que tiene la responsabilidad de custodiar el espacio aéreo del Mediterráneo Occidental para que podamos vivir tranquilos. Desde ahí, con una tecnología de última generación que ahora están actualizando, analizan identidades de aviones y cualquier otro objeto volante permanentemente para discernir en segundos si son amistosos u hostiles y activar los protocolos correspondientes.
También merece lectura sosegada la entrevista a Oriol Bonnín en la sección de Trayectorias, veterano cirujano cardiovascular de referencia internacional, que sigue al pie del cañón en Palma y que, entre otras muchas respuestas, recomienda suspender los diagnósticos que elabora la Inteligencia Artificial sobre los resultados de las placas de tórax debido a los errores detectados. El nivel de excelencia de Bonnín es indiscutible y es de agradecer que en determinado momento de su carrera hubiera decidido trasladarse de Barcelona a Mallorca, donde, incluso antes de jubilarse, ya podemos adelantar que deja una extensa y rica herencia profesional.
En gastronomía y nutrición, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UIB, Andreu Palou, nos presenta la estrategia alimentaria europea frente al cambio climático, tras advertirnos de que, en sus propias palabras, “por primera vez en 200.000 años de historia de la humanidad, estamos gravemente desincronizados con la naturaleza y la salud del planeta. En la Tierra ya hemos superado los límites en la explotación de los recursos y sabemos que la existencia sostenida de los humanos y de otras especies está seriamente amenazada”, sentencia el investigador.
Y entre otros muchos temas más, hemos hablado con los mallorquines olímpicos que acudirán a la cita de París 2024; Chenoa nos comenta sus impresiones sobre la nueva generación OT y sus planes discográficos, y la joven revelación, compositora y cantante felanitxera Maria Hein recomienda salir de Mallorca para evolucionar en la industria musical: “Si no, te quedas estancada en las verbenas”.
Esperemos que disfruten de esta nueva edición.
P.S.: El Manifiesto de Liubliana
Proliferan por doquier las referencias al Manifiesto de Liubliana por la lectura, publicado a finales del año pasado y que no deja de concitar adhesiones por parte de respetados intelectuales, universidades y organismos y asociaciones diversas. El texto defiende la lectura de nivel superior en la era digital como ejercicio necesario para la formación y el desarrollo de un juicio crítico individual, huyendo de lugares comunes y razonamientos adquiridos en medios y voces poco exigentes. La necesidad de invertir la tendencia a la baja de las competencias lectoras, provocada en buena parte por la lectura en pantalla, es un reto necesario y urgente.
El manifiesto señala que “es probable que el mundo digital fomente la lectura más que nunca antes en la historia, pero también ofrece muchas tentaciones para leer de forma superficial y dispersa, o incluso para no leer en absoluto. Esto amenaza cada vez más la lectura profunda”.
Me alegro enormemente de este movimiento, que confío en que, además, ayude a rebajar el volumen del griterío sociopolítico y la desinformación, distinguiendo las fuentes válidas de las no válidas.
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