Tras una reforma que comenzó en 2013, reabrió el domingo el Teatro de Inca a 107 años de su inauguración con visitas programadas para vecinos sin la puesta en escena de ninguna obra. Días antes, en su oficina, el director de la institución, Biel Amer, ultima detalles, enseña cómo ha quedado la sala principal, la tecnología que tiene la flamante sala pequeña y explica los objetivos de su gestión. Periodista, gestor cultural y hombre de Inca, Amer cuenta que el próximo miércoles se presenta el primer espectáculo y que la inauguración oficial de este edificio emblemático de la ciudad será más cerca de navidad.
¿Cuáles fueron las reformas concretas?
Las reformas principales han sido la mejora de la luminosidad, de la sonoridad y de la calefacción. También se reformó la sala principal del teatro. Ahora es más pequeña. Tiene 605 plazas, pero hay más espacio entre butacas. Una de las novedades es la sala pequeña. Es totalmente nueva y cuenta con 152 butacas. Está destinada a eventos más íntimos y está equipada con la última tecnología. En general, el teatro ha mejorado en todos los aspectos.
¿Cuánto dinero se ha invertido?
El total alcanza alrededor de 6.500.000 euros. Un 50% de la remodelación se ha hecho con fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) y el 50% restante fue cubierto por el Govern, el Consell y el Ayuntamiento.
¿Qué siente usted al dirigir un teatro centenario de Mallorca?
Es un desafío muy importante. Es un reto significativo. Soy periodista y gestor cultural y soy de Inca. Este es el teatro de mi pueblo. Conozco a la gente que va a venir, tengo familia aquí. En lo personal siento que es un buen momento asumir este reto apasionante. El proceso de gestión ha sido muy duro, como nueve meses. Hay mucho que organizar. Desde cosas mínimas hasta definir una programación y los precios de la taquilla.
¿Cuáles son los objetivos y los ejes de su gestión?
Para mí, la cultura en general y el teatro, como forma de expresión cultural, como puede ser la música o el arte, tiene una parte social importante. En los tiempos que vivimos, el hecho de conjugar las diferentes maneras de entender la cultura, en cierto modo, de entender la vida, es un reto importante. Es un reto cultural integrar a las personas. Claro, habrá quien no se quiera integrar. Pero hay que hacer el esfuerzo. Tenemos que intentarlo. Por ejemplo, el 20 de noviembre en la sala principal hay una gala lírica con José Manuel Sánchez, un tenor que es de Inca. Hará piezas de ópera, zarzuela y canción. Entiendo que es difícil vender ese espectáculo, pero debemos intentarlo. La danza contemporánea tiene un público pequeño, pero tiene que estar en la programación. También tiene que haber un componente lúdico, festivo. El miércoles 17 empieza la programación con el humorista José Corbacho. Hará reír a todo el público.
¿Cómo piensa vincular a los vecinos de Inca con el teatro?
Siempre he tenido esta teoría. A veces la gente del pueblo es la última en llegar. Y el boca a boca les llega. Alguien les dice: “oye, he estado en Inca y he visto una obra de teatro que me ha gustado mucho”. Hay veces que la gente no presta atención a pesar de la difusión. Entonces es importante estimular la curiosidad y también vincular el teatro con las escuelas. He hecho una formación para gestión de públicos. Me quedó marcado un caso de Ámsterdam. En un antiguo hospital hicieron un centro cultural. Los primeros invitados fueron los vecinos. El objetivo era integrarlos, que sientan que ese espacio es suyo, que eran los primeros usuarios. La idea es agrandar los círculos, que el boca a boca sea mayor. Por eso, los primeros invitados al teatro de Inca fueron los vecinos.
¿Sueña con traer algún espectáculo en particular?
Con los años he aprendido a frenarme. Hago lo que me permite hacer el presupuesto. Cuando ya estemos bien instalados y con experiencia, probablemente si intente coger un proyecto internacional. Es un riesgo que tomas, pero ya tienes una experiencia consolidada.
¿Qué porcentaje puede estimar que habrá de teatro, conciertos, danza y otras artes escénicas?
En principio no trabajaremos con porcentajes. Vamos a ir acumulando actividades en función de la disponibilidad. Tendremos que ir adaptando la programación a los horarios de la ciudad. De manera que el lunes, martes y miércoles, si no son festivos, tendremos residencias de artistas, un convenio con el Teatro Principal de Palma. El jueves es un día de tradición de cine con precios económicos. Es para un público no tan comercial. Y viernes y fin de semana habrá teatro y otros espectáculos.
Texto: Juan Ignacio Orúe. Palma.
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