“Una cerveza hecha con cariño e ingredientes naturales”. Así es como describe la cerveza artesana Mariabel Rotger, presidenta de la Associació de Cerveseres Artesanes de les Illes Balears (ACAIB). Cada vez más fábricas de las islas se dedican a mimar este producto; de ellas, trece forman parte de la asociación, constituida en 2020. Y cada año son más los eventos que las dan a conocer: Can Picafort se convirtió este año en la capital mundial de la cerveza artesana con la celebración de la VI edición del Concurso Internacional de Cervezas Artesanas (CICA).
“Cuando presentamos el proyecto surgió la idea de llevar a cabo, en paralelo, la I Fira de la Cerveza Artesana Balear”, explica Lorena Vaca, de LVG Eventos, organizadora de la iniciativa que contó con el apoyo del Ayuntamiento de Santa Margalida y la Agrupación hotelera de Can Picafort. El resultado fue un rotundo éxito. “Estuvieron 10 de las 16 cerveceras artesanas baleares: Mon, Lowther, Sullerica, Brusca, Ralf, Beer Lovers, Toutatis, Ibosim, Adalt y Breaking Brou”, explica Vaca, que presentaron 25 de las 347 cervezas participantes en el CICA.
La feria, que Vaca espera repetir el próximo año, atrajo 1.400 visitantes, vendió 1.200 litros y proclamó mejor cerveza artesana balear a la menorquina Grahame Pierce. También en la isla se han celebrado otras ferias a lo largo del año, como la Beer Palma -más orientada a la cerveza industrial-, o la Primera Mostra de Cervesa Artesana de Calvià, lo que da muestra del despegue de la cerveza artesana en el archipiélago.
“Sin duda hay una evolución positiva y poco a poco se va cogiendo cuota de mercado a las cerveceras industriales”, apunta la presidenta de ACAIB, quien finaliza que los cerveceros artesanos baleares apuestan por “el producto natural, de calidad, respetuoso con el medio ambiente y con nosotros mismos porque, al final del día, somos quienes la tomamos”.
Texto: Raúl Beltrán. Palma.
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