La bailarina y coreógrafa, Mar Aguiló.

La bailarina y coreógrafa, Mar Aguiló.

La trayectoria de Mar Aguiló refleja una vida dedicada a la danza, en constante búsqueda de evolución artística, que la ha llevado a fusionar el ballet clásico con influencias globales, tal como lo demuestra en Swans, su nueva obra. Nacida en Mallorca, comenzó a bailar a los tres años, encontrando en el ballet una vía para expresarse y superar su timidez. Su talento y esfuerzo la llevaron a formarse en la prestigiosa escuela de Maurice Béjart en Lausanne, Suiza. A partir de ahí, construyó una sólida carrera que incluyó años como integrante de la Compañía Nacional de Danza de España.

El camino hacia la excelencia

Mar recuerda el esfuerzo que implicó su formación. Desde sus días en academias hasta las exigencias de una carrera profesional, su vida ha estado marcada por la búsqueda constante de la perfección artística. “Con el tiempo, empecé a cuestionarme qué era yo además de una intérprete. Ese anhelo de explorar mi voz propia hizo que dejara la Compañía Nacional de Danza hace dos años”, explica.

 

En 2023, Mar Aguiló estrenó Swan, su primera obra como coreógrafa y bailarina independiente. Esta pieza, profundamente personal, marcó el cierre de una etapa y el inicio de otra. “Inspirada en la técnica y el simbolismo del ballet clásico, Swan reflexionaba sobre la relación entre la perfección y el sacrificio”, subraya.

Swans, la nueva obra de Mar Aguiló

“Después de Swan surgió Swans, una obra que va más allá de una secuela, es un diálogo más amplio sobre la evolución de la danza. Entendí que ya no me bastaba profundizar únicamente en la danza clásica occidental de París, sino que deseaba explorar otras tradiciones, culturas y técnicas”, explica Aguiló.

Swans, la nueva obra de Mar Aguiló, lleva la narrativa hacia una reflexión más global, “quería explorar cómo el ballet clásico puede transformarse al integrarse con experiencias individuales y enfoques culturales diversos”, expresa. “He escogido a tres bailarines muy distintos, Samba Injai, con raíces en Guinea-Bisáu y formación en Lisboa; Chantel Foo, especializada en danza tradicional china; y Ariane Servagent, una exalumna de la Ópera de París que encontró en la danza urbana una nueva forma de expresión”, indica Aguiló.

“Pensé en esos bailarines que, desde pequeños, se han formado con una disciplina rigurosa y una técnica exigente, pero que en algún momento han tomado otros rumbos en sus vidas profesionales. Me interesa mucho ver la fragilidad de los cuerpos, cómo viven la danza en la actualidad y cómo, a pesar de todo, sus cuerpos aún conservan el eco de esa formación y ese rigor”, reflexiona Aguiló. Con Swans, la coreógrafa mallorquina busca plasmar no solo estas transiciones personales, sino también el impacto emocional y físico de esas historias sobre el escenario.

Imagen del espectáculo ya presentado en Teatros del Canal. Foto: Lourdes Cabrera.

El proceso creativo ha sido muy desafiante. “Ha sido muy complicado trabajar con personalidades tan diferentes, pero eso es lo que enriquece la obra”, confiesa. “Cada intérprete aporta no solo su técnica, sino su historia, creando una coreografía íntima, ha sido como realmente meterme en otros cuerpos”, reflexiona.

Pese a que el trabajo fue complejo, Mar Aguiló también experimentó una sensación de comodidad en el proceso. “Aunque fue un desafío, me he sentido muy cómoda. No era tan importante un paso u otro, sino comprender a los bailarines, entender su esencia y lo que podíamos encontrar juntos. Al final, la pieza casi se fue conformando por sí sola”, expresa.

La fragilidad del baile

Mar Aguiló reflexiona sobre lo que espera que el público perciba al ver Swans. “Lo que realmente espero es que el público capte esa fragilidad, esa sensación de mostrar esos lugares, esos momentos, esa vuelta al pasado para los bailarines”, explica. “No se trata de buscar esa perfección técnica, sino de mostrar el eco de lo que esos cuerpos y movimientos representan, ese recuerdo de lo que eran”, finaliza.

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