Esta semana se instalaba la estación hidrométrica de Sant Llorenç para alertar a la población y prevenir emergencias por inundaciones. Según el Govern, a finales de año habrá 32 nuevas estaciones de este tipo instaladas en las islas. En el proyecto trabaja el grupo de investigación MEDhyCON de la UIB, cuyo responsable es Joan Estrany. El científico, jefe del Departamento de Geografía de la UIB, asegura que la última torrentada de octubre en Sant Llorenç sirvió como un primer test. “Las telecomunicaciones se mantuvieron perfectamente y no perdimos ningún dato. Pudimos ver en tiempo real el estado del torrente y optamos por hacer sonar la famosa sirena de emergencia en el municipio casi con media hora de antelación”, explica. Este sistema “necesita años de actividad”, pero remarca la importancia de que se esté creando.
Ante posibles riesgos de inundaciones en Balears, Estrany afirma que “se ha comprobado científicamente que las modificaciones en los usos del suelo tienen mucho más efecto en el comportamiento hidrológico que el propio clima”, y es que “el clima mediterráneo es así desde que el Mediterráneo existe”. No ocurre lo mismo con el uso del suelo debido al impacto de la agricultura moderna, que utiliza maquinaria pesada. Por eso para Estrany es importante “tener en cuenta qué se ha hecho en el pasado y adaptar el territorio y el paisaje a las nuevas perspectivas”, que en parte pasan por lluvias menos frecuentes, pero más virulentas.
Leyenda urbana
Otra de las acciones recientes que se han llevado a cabo en Mallorca para evitar riesgo de inundaciones es la limpieza de los torrentes, “una leyenda urbana”, en palabras de Estrany, “porque la vegetación no es suciedad”. De hecho, el científico asegura que “el problema es el contrario: no se permite al sistema fluvial recuperar su vegetación natural de cauce. Si tuviéramos corredores ecológicos con vegetación de ribera adecuada, los problemas no existirían. Por el contrario, si sistemáticamente se elimina la vegetación del cauce, el agua corre más rápido y la velocidad es lo que produce muertes humanas”.
Hay que trabajar en planificación territorial, no construyendo en zonas inundables. En planificación y gestión de cuencas creando esos corredores ecológicos evitando que haya superficies desprovistas de vegetación y finalmente hay que crear una cultura de riesgo. No podemos tener una sensación de seguridad en la zona donde más riesgo de inundación hay.
Palma, zona de riesgo
Según Estrany, el riesgo natural más importante en Balears es la inundación. ¿Y cuál es la zona con mayor riesgo en Mallorca? “Palma es el lugar más vulnerable por un doble motivo. Primero, porque naturalmente lo es. Y segundo, porque tiene esa falsa sensación de seguridad debido a que hace mucho que no pasa”. Por este motivo, Estrany avanza que Palma será la zona donde más trabaje el MEDhyCON, instalando sistemas de prealerta e instalaciones meteorológicas “en todos los torrentes que descienden de la Serra”.
El científico pone el foco en la falsa sensación de seguridad de la ciudadanía. “Los sistemas de alerta temprana ante las últimas inundaciones ocurridas en Alemania funcionaron, pero la gente no los creyó”, expone. De igual forma, en la reciente torrentada este mes de octubre en Sant Llorenç, cuando saltó la alarma la gente fue a quitar los coches de las calles inundables. Esto es una auténtica temeridad. Ante la emergencia, hay que confinarse y si es necesario subir a la zona del tejado”, aconseja.
En este sentido, Estrany anticipa que en 2023 Europa pretende instaurar un sistema de alertas a través de sms a todos los ciudadanos si existe riesgos, informando sobre cómo actuar.
Despliegue de la red
El equipo que forma el MEDhyCON se encuentra actualmente desplegando la red de sistemas de prealerta y progresivamente trabajan en paralelo para crear una plataforma digital “que ya tiene una versión beta para crear una comunicación fluida y directa con los servicios de emergencia”. Pero, sobre todo, indica Estrany, se trabaja ya en la parte de predicción hidrológica. “Igual que la AEMET, queremos ser capaces de generar esas alertas desde un punto de vista hidrológico”. Algo que se proyecta a medio plazo, “porque cada cuenca en Balears tiene su manera particular de responder hidrológicamente a la precipitación. Ahora no nos queda más remedio que nutrirnos de datos históricos que nos permiten tener este despliegue de estaciones que ya tiene cierta utilidad, pero tiene que consolidarse”, finaliza.
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