Casi 600 metros del antiguo túnel del tren podrían ser reabiertos para convertirse en un espacio museístico
Sergio Úbeda. Palma
Bajo las bulliciosas calles de Palma, se oculta un laberinto de túneles y refugios construidos para proteger a los mallorquines de los bombardeos durante la Guerra Civil. Estos espacios, en su mayoría olvidados, han sido redescubiertos gracias a Bartomeu Fiol, quien ha dedicado gran parte de su vida a rescatar esta parte crucial de la memoria histórica. En su libro Atles dels refugis antiaeris de Palma, este ingeniero de telecomunicaciones recopila información recogida durante 25 años de investigación. “Llevo años reivindicando la conservación de este bien histórico y cultural”, comenta antes de adentrarse en detalles sobre los túneles de la ciudad.
Túneles que salvaron vidas
Durante la Guerra Civil se construyeron más de 700 refugios en Palma. Unos 130 eran públicos, accesibles a través de entradas situadas en la calle, mientras que el resto se encontraban bajo edificios. Estos refugios fueron el resultado del esfuerzo comunitario y de los comités de Defensa Pasiva. “Todos los túneles fueron construidos para resistir el impacto de las bombas, con entradas en zigzag para evitar que la metralla penetrara en su interior. Tenían que ser profundos y estrechos para soportar las explosiones”, explica Fiol. Debían contar con al menos dos entradas para evacuar en caso de hundimiento.
El túnel del tren de Palma
El refugio más importante es el túnel del antiguo ferrocarril, que recorría la ciudad desde la Plaça de Espanya hasta el Parc de la Mar, unos 1.300 metros de longitud, su función principal era el transporte de mercancías. Sin embargo, durante la guerra se convirtió en el refugio más grande de la ciudad, con capacidad para más de 30.000 personas. Se crearon entradas laterales para acceso rápido y un sistema de alarmas que prevenía accidentes con los trenes. “Su uso mientras el tren circulaba añadía una dosis extra de peligro”, señala el investigador.
El túnel del tren sigue siendo objeto de debate sobre su posible rehabilitación. Un tramo de 575 metros podría ser reabierto para convertirse en un espacio museístico donde se narre la historia de Palma. El proyecto todavía está pendiente.
Refugios emblemáticos de Palma
En los últimos años, algunos refugios se han abierto puntualmente al público, como el del Paseo Sagrera. Otros, bajo edificios públicos como el Palacio del Consell de Mallorca, la Delegación de Defensa o Es Baluard, han sido visitados con mayor frecuencia. Sigue pendiente la plena recuperación de algún refugio público y establecer visitas de forma permanente.
Uno de los refugios más importantes es el del Baluard de Sant Pere, en Es Baluard. Construido para proteger a los soldados del antiguo cuartel de artillería, ha sido acondicionado y ocasionalmente se abre al público. Otro refugio destacado es el de la Jefatura de Aviación, hoy sede de la Delegación de Defensa. Este refugio contaba con una máquina depuradora de aire. “Mientras otros dependían de simples conductos de ventilación, este aseguraba un suministro de aire limpio en caso de ataques prolongados”, comenta Fiol.
Del olvido al redescubrimiento
Tras la guerra, muchos refugios fueron sellados y olvidados, desapareciendo de la memoria colectiva. La pérdida de archivos ha contribuido a que esta parte de la historia quede oculta para las nuevas generaciones. Sin embargo, gracias a personas como Bartomeu Fiol, se ha recuperado información valiosa y algunos refugios han sido reabiertos al público.
Palma es una ciudad que guarda secretos bajo tierra. Los túneles y refugios antiaéreos son un recordatorio de los tiempos difíciles que vivió su población. La recuperación de estos espacios ofrece una oportunidad única para conocer una parte menos visible de la historia de Palma.
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