En sus 24 años en el Ejército del Aire y del Espacio, la comandante María Cruz Acero Ruiz ha participado en las operaciones internacionales ‘Atalanta’ en aguas de Somalia y ‘Sofía’ en Libia, en contra de la piratería marítima y de las mafias de tráfico de personas, respectivamente. Desde agosto de 2023, esta palentina de 45 años está al frente del Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA) nº7 de Sóller, la primera mujer en España en alcanzar este mando. A 1.445 metros de altitud, el radar de la famosa “Bola” del Puig Major custodia el espacio aéreo del Mediterráneo occidental las 24 horas al día 365 días al año. Son los ojos que miran infatigables al cielo para que podamos sentirnos “totalmente” seguros.

María Cruz Acero Ruiz, comandante del Ejército del Aire y Jefe del Escuadrón de Vigilancia Aérea 7 del Puig Major - Sóller

María Cruz Acero posa bajo la famosa “Bola” del Puig Major, que envuelve el radar de vigilancia aérea de Mallorca. Fotos: Piter Castillo.

– ¿Sigue siendo el Mediterráneo occidental una zona estratégica en la convulsa geopolítica actual?

– El Mediterráneo en general es muy inestable debido a los numerosos intereses que confluyen en esta área geográfica. Desde el punto de vista de la seguridad, la cuenca mediterránea oriental es la que más atención suscita debido a que los conflictos bélicos están localizados allí. Pero la parte occidental es, y va a seguir siendo, una zona de interés geopolítico puesto que es la única salida al océano Atlántico a través del estrecho de Gibraltar, un nexo de unión muy próximo con el continente africano del que tan solo nos separan 14 kilómetros. Los conflictos que nos conciernen entran por allí, ya sea contrabando, terrorismo, inmigración ilegal, etc. Y eso puede afectar a la estabilidad y seguridad, sobre todo de los países europeos, donde tenemos Estados de bienestar.

María Cruz Acero Ruiz, comandante del Ejército del Aire y Jefe del Escuadrón de Vigilancia Aérea 7 del Puig Major - Sóller

La comandante María Cruz Acero Ruiz, en su despacho.

– ¿Cuáles son las funciones del Escuadrón de Vigilancia Aérea 7?

– Nuestra principal misión es la vigilancia y control del espacio aéreo de soberanía española, así como asegurar las comunicaciones en nuestra área de cobertura, que es el Mediterráneo occidental. A través del radar obtenemos el plan de vuelo que emite el transpondedor de las aeronaves, llamado IFF (Identification Friend or Foe), es decir, de dónde viene, a dónde va y de qué país es. Transferimos esa información a los centros de mando y control del Ejército del Aire y del Espacio, situados en
Torrejón de Ardoz (Madrid), Zaragoza y Gando (Gran Canaria), y allí tratan esa información, asignándoles una identificación: amigo, neutral u hostil, en función del país del que vengan. Se tiene especial cuidado con aquellos que no son de un país amigo, pero normalmente son vuelos comerciales que tienen autorización previa. Si carece de ella es cuando hay que empezar a mover esa información a ver si realmente puede sobrevolar un espacio aéreo español o no. Y después se decide la respuesta.

– ¿Cuentan con militares extranjeros de la OTAN en el EVA7?

– Ya no tenemos personal extranjero destinado aquí, pero sí que formamos parte de la estructura OTAN y nuestros radares cumplen con los requisitos de mando y control aéreo establecidos por la Alianza Atlántica. Al estar integrados en su sistema de defensa aérea nos coordinamos y compartimos información con otros países. De hecho, hay estructuras y mandos de la OTAN en la base de Torrejón de Ardoz, en concreto un centro de coordinación de operaciones aéreas, donde confluye toda la información de las diferentes bases españolas.

María Cruz Acero Ruiz, comandante del Ejército del Aire y Jefe del Escuadrón de Vigilancia Aérea 7 del Puig Major - Sóller

Acero, en el patio del acuartelamiento.

– ¿Existe mayor presión para su unidad, y las Fuerzas Armadas en general, debido a los conflictos de Ucrania y Gaza?

– Al ser una unidad estática con una función asignada muy concreta no tenemos una presión especial como tal. No es una unidad que se vaya a desplegar fuera. Por eso no sentimos la inquietud que puedan tener las tropas de tierra o unidades aéreas desplegables. Pero todos somos conscientes de que somos militares y de que formamos parte de organizaciones internacionales con las que nuestro Gobierno ha asumido unos compromisos. Desde que ingresamos todos tenemos claro que iremos donde nuestro Gobierno nos diga, que somos una herramienta política.

– ¿Están preparados para hacer frente a los drones no tripulados?

– Cada unidad cuenta con un plan de seguridad que enfrente amenazas emergentes como son los drones. Se está llevando a cabo la modernización de los sistemas de armas y la implementación del sistema de tecnología puntera IFF 5/S, ya que se necesita una buena detección temprana para acometer todos estos entornos complejos y cambiantes en los que vivimos actualmente.

– ¿Existe una especial preocupación por la ciberseguridad en las unidades militares tan dependientes de la tecnología?

-La ciberseguridad es una preocupación en cualquier tipo de organización, sea pública o privada. Es cierto que los ejércitos somos un objetivo primordial para los organismos criminales que quieran hacer daño a un gobierno. Las Fuerzas Armadas son muy conscientes de que hay que concienciar a todo el personal y a las empresas externas para evitar brechas de seguridad. Todos tenemos formación en ciberseguridad, en cómo se tienen que manejar tanto los equipos de trabajo como el móvil privado, porque por cualquiera de las dos partes puede haber una filtración.

– ¿Qué le llevó a unirse al Ejército del Aire?

– Cuando acabé la carrera de Magisterio Musical, había una campaña de televisión dirigida al reclutamiento específico para cubrir tasas de mujeres que decía “¿Y por qué no?”. Me atrajo, además de la posibilidad de independizarme, el poder realizar un servicio a la sociedad y tener un poco de acción, me gusta la aventura. Cuando entras ves que a nivel profesional te puedes dedicar a muchas cosas y que te da la posibilidad de ir escalando, que para gente un poco ambiciosa da motivación. Fueron cosas que me fueron encaminando a quedarme en las Fuerzas Armadas porque entré como algo temporal, como soldado raso.

Vista general del Acuartelamiento Aéreo del Puig Major. Embalse Cúber

Vista general del Acuartelamiento Aéreo del Puig Major.

– ¿Supone una especial responsabilidad ser la primera mujer al frente de un EVA en España?

-Liderar una unidad es ya en sí una gran responsabilidad. Es un reto, hay muchos recursos y personal que tienes que gestionar y que dependen de tus decisiones. Y es lo mismo para un hombre que para una mujer. Por eso espero que nadie se fije más en cómo lo hago yo por ser mujer. La responsabilidad es la misma y considero que el tratamiento debe ser el mismo.

– ¿Qué cree que aporta la presencia de la mujer en el Ejército?
– En el caso de las Fuerzas Armadas está todo muy sujeto a los procedimientos establecidos y en la mayoría de nuestros puestos de trabajo no va a influir ser hombre o mujer porque todo está delimitado por la normativa. Sí que es verdad que en el día a día, el trato con las personas, el tomarte un café con compañeros en la cantina… en eso sí que creo que aportamos un ambiente de trabajo diferente. La diversidad siempre suma y donde hay diversidad creo que el trabajo tiene más éxito.

– ¿Es complicado alcanzar la conciliación familiar en las Fuerzas Armadas?

– La conciliación en el ejército es más complicada que en otros ámbitos de la Administración General del Estado. Aunque la normativa es la misma, a los militares se nos exige algo más. Además de nuestro horario laboral tenemos que hacer guardias, servicios, instrucciones, operaciones, etc., y las necesidades del servicio priman sobre esa conciliación. Se ha avanzado muchísimo en los últimos años, pero en mi opinión todavía queda mucho por hacer. Además, estamos sometidos a muchos cambios de destino forzosos, por lo que no es fácil tener una red familiar o a alguien que te eche una mano. Si te dedicas a esta vida tanto cambio no se lleva mal, pero a lo mejor la persona que tienes al lado o tus hijos no opinan lo mismo, y al final las relaciones se deterioran por ese motivo.

María Cruz Acero Ruiz, comandante del Ejército del Aire y Jefe del Escuadrón de Vigilancia Aérea 7 del Puig Major - Sóller

Pirámide de mando del EVA7, liderada por la ministra de Defensa, Margarita Robles.

– ¿Qué tal se ha adaptado a Mallorca?

– Muy bien. Es uno de los mejores destinos. Llevaba desde los 21 años de ciudad en ciudad porque no encontraba mi sitio y cuando llegué a la isla hace ocho años fue cuando me dije “ya lo he encontrado”. Siempre le digo a mi hija que no es consciente de la suerte que ha tenido de haber nacido en el paraíso. Y claro, no lo es porque tiene dos años y medio (risas).

– ¿Se ha topado con alguna dificultad?

– Lo más complicado es el acento mallorquín de Sóller. Si hablan solo contigo se entiende bien, pero como haya más gente hablando entre ellos tienes que afinar el oído (risas). A nivel profesional, el mayor inconveniente de Mallorca es la falta de alojamiento, los precios de los alquileres. Hace dos años apenas residía una persona en el acuartelamiento y ahora estamos prácticamente llenos. Por eso he solicitado rehabilitar una parte de un edificio actualmente en desuso para convertirlo en más
alojamientos.

– Esta entrevista es un ejemplo de la política aperturista de las Fuerzas Armadas. ¿Cree que se debería seguir en esta línea?

– En España hay muy poca cultura de defensa y es algo que hay que potenciar. Somos parte de la sociedad y tenemos que dar a conocer a la sociedad qué hacemos, para qué estamos y cuál es nuestro valor añadido a la sociedad. Teniendo una cultura aperturista llegamos a más gente y podemos concienciarles de que, a día de hoy, las Fuerzas Armadas son necesarias en cualquier estado. Me resulta fantástico ver que la población desea venir a conocer lo que hacemos y nuestra rutina de trabajo. Y también va bien para el alistamiento.

Maniobras de policía y defensa aérea en Balears

ejercito del aire españa

Imagen de un caza F-18 del Ala 12 de Torrejón de Ardoz. Foto: Ministerio de Defensa.

En marzo de 2023, las Illes Balears fueron el escenario de las maniobras ‘Eagle Eye 23-01’, donde las Fuerzas Armadas españolas ejecutaron misiones de vigilancia aérea y de carácter defensivo como respuesta a incursiones aéreas simuladas. Para ello, se desplegaron seis cazas F-18 del Ala 12 de Torrejón de Ardoz, que se encuentran “en alerta permanente para llevar a cabo misiones de policía y defensa aérea frente a aeronaves no identificadas que intenten penetrar en nuestro espacio aéreo”, señala el Ministerio de Defensa”. Son, por tanto, los responsables de la interceptación de las posibles amenazas que sobrevuelen los cielos de las islas y del Mediterráneo occidental que han sido primero trazadas por el EVA7 e identificadas posteriormente por el Mando Operativo Aeroespacial de Madrid.

 

Léelo en Mallorca Global Mag, primavera - verano 2024