El talento, producto y patrimonio mallorquín, en ruta por todo el planeta
Majorica crece en EE. UU.
La firma mallorquina se expande en Estados Unidos con la apertura de una nueva tienda en el corazón de Miami, en la histórica Lincoln Road, después de inaugurar un establecimiento en Aventura Mall, el tercer centro comercial más grande del país, en agosto del año pasado. Con una producción de cuatro millones de perlas al año, la compañía refuerza así su penetración en el mercado norteamericano.
Baleares ‘ondea’ en Tokio
Un paseo por la barra de Bar&Deli El Rosselló, regentado por Miquel Rosselló (natural de Alaró) desde hace siete años, da cuenta del tipo de cocina que ofrece. Jamón ibérico de bellota, pimientos de padrón, anchoas, tortilla de patatas, croquetas, paella… Hasta callos a la mallorquina. No sorprendería si no fuera porque este bar de tapas españolas se encuentra en pleno Tokio, en el barrio de Meguro.
Un mallorquín en la NASA
Joan Francesc Muñoz Martín trabaja como tecnólogo en uno de los centros financiados por la NASA más importantes de EE. UU. Concretamente, en el Jet Propulsion Laboratory, administrado por Caltech, en Pasadena. El JPL mantiene en la actualidad 40 misiones en activo y es el encargado, entre otras misiones, de todos los robots que viajan a Marte.
La Catedral de Mallorca, en miniatura
El monumento más representativo de la isla forma parte del conjunto de maquetas dedicadas a la obra de Antonio Gaudí que alberga el parque temático Cataluña en Miniatura, situado en Barcelona. El prestigioso arquitecto catalán llevó a cabo un proyecto de restauración del interior de la Catedral de Mallorca entre 1903 y 1914.
Cala Millor cruza el Atlántico
La panadería-pastelería Cala Millor, que fundó en Madrid Natalio Pérez en 1978 después de vivir una temporada en Mallorca, llega a Miami con un concepto híbrido de restaurante, pastelería-cafetería y mercado gourmet de vinos. “Las croquetas están triunfando y toda la gente que prueba la ensaimada, le encanta y repite”, asegura Alberto García, propietario del local y miembro de la tercera generación. Este producto “se consume y consumía bastante en Puerto Rico, donde se las conoce como Mallorcas”, agrega.
La ensaymada filipina
Las hay de mantequilla y azúcar (la clásica), de queso de bola y también de ube, un tubérculo morado que colorea de púrpura los postres. Algunas se rellenan con jamón y queso; otras, incluso, con adobo filipino o fideos salteados. La ensaymada filipina solo conserva de la receta original la forma de espiral. Cada horno sigue sus propias reglas para elaborar este dulce heredado de la repostería mallorquina.
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