Las empresas de las Illes Balears han retomado el ritmo de capitalización de su actividad y han duplicando su rentabilidad en un año, alcanzando niveles previos a la pandemia, según se recoge en el último número i|negocios de la Unidad de Inteligencia Económica de la Fundación Impulsa. En concreto, los últimos datos disponibles, que corresponden al año 2022, ponen de manifiesto que la rentabilidad económica (o ROA) se sitúa en una media del 6,1%, que duplica la del año anterior (3%) y se asemeja notablemente a la de 2019 (6,2%). En este contexto, la rentabilidad financiera (ROE) ha repuntado al 11%, una tasa que supera con creces la del año anterior (4,6%) y rebasa el umbral prepandemia (10,9%).

Antoni Riera, en una de las sesiones de trabajo de la Unidad de Estrategia de Impulsa. Foto: Fundación Impulsa.

El endeudamiento, a raya

Asimismo, el endeudamiento medio de la empresa balear se mantiene a raya y sin comprometer la capacidad de respuesta financiera. Particularmente, la autonomía financiera de las empresas de Balears mantiene la aportación del patrimonio neto en un 46,6% del pasivo total, una décima por debajo del ejercicio anterior (46,7%) y 3,5 puntos inferior a la ratio prepandemia (50,1%). Así las cosas, el tejido empresarial de las islas ha mantenido el control tanto de su liquidez (1,43 vs 1,49, 2021), como de su solvencia (1,87, ambos ejercicios).

Integración de la sostenibilidad en las estrategias corporativas

En este sentido, el director técnico de Impulsa, Antoni Riera, asegura que “las empresas de Balears están en condiciones de abordar estrategias ambiciosas, que requieren un intenso esfuerzo en inversión desde hoy mismo y en los próximos diez años, para crear valor a largo plazo y asegurar la capacidad de dar respuesta a los retos y oportunidades globales como el cambio climático, la descarbonización, la revolución tecnológica, etc.”.

Actualmente, la creación de valor a largo plazo se sitúa en un marco de negocios que integra la sostenibilidad en el centro de la estrategia corporativa, hecho que para las empresas equivale a fijar y perseguir un propósito, particularmente, de impacto positivo. En esta línea, Riera señala que “la incorporación de prioridades estratégicas en materia ambiental (E), social (S) y de buena gobernanza (G) en las empresas de Balears –por medio de los llamados criterios ESG– permite ganar resiliencia y redundar en mayores ingresos y rentabilidades, al mismo tiempo que impacta positivamente sobre las prioridades competitivas que tiene, actualmente, el archipiélago para remontar su posición en el entramado regional europeo”.