Mapaches, serpientes de herradura y tortugas de Florida, entre otras especies, la nueva fauna que amenaza a la autóctona insular.
Que nadie se sorprenda si un día haciendo senderismo por la Serra de Tramuntana se topa con un simpático mapache de ojitos brillantes y cola anillada. Este mamífero de aspecto inocente, propio de Norteamérica, campa a sus anchas por la cordillera balear como si del parque de Yellowstone se tratara. El problema es que su voracidad está poniendo en peligro el equilibrio ecológico de la zona. Y no es el único. De hecho, es tan solo una de la media docena de especies invasoras catalogadas con un nivel alto de peligrosidad que existen en la actualidad en las Illes Balears. Las serpientes de herradura y de escalera, la tortuga de Florida, la cabra asilvestrada y la carpa completan el listado.
Agente de cambio
“Una especie invasora es aquella que llega nueva a un territorio y que representa un agente de cambio sobre la biodiversidad local”, explica Tomàs Bosch, jefe del Servei de Protección d’Espècies del Govern balear. Esta fauna externa supone una “grave amenaza” sobre las especies nativas -aunque prácticamente nula para el ser humano- debido a que “o bien se las come o bien las desplaza. En algunos casos este impacto se estabiliza, pero en otros puede llevar a la desaparición de las especies autóctonas”, añade Bosch.
Las principales vías de entrada son “los puertos y aeropuertos de las islas, con el hombre como principal responsable”, indica Bosch. Las temidas serpientes de herradura, el gran peligro para las lagartijas autóctonas, llegaron a Eivissa escondidas en la tierra de las macetas y en los troncos de árboles ornamentales importados de la península. Desde el puerto se fueron esparciendo por la isla para después reproducirse de forma exponencial debido a la falta de depredadores naturales. Entre el año 2016 y 2023 se retiraron alrededor de 10.000 ejemplares, principalmente en las Pitiüses, pero también de manera puntual en Mallorca.
Comercio de especies exóticas
Otros animales llegaron a las islas por el pujante, y en su día descontrolado, comercio de especies exóticas. Es el caso de los ya erradicados coatíes y cotorras de Argentina y de Kramer, así como de los mapaches, de los que se han capturado desde 2011 unos 1.900 ejemplares en Mallorca. “No hay ninguna especie que lo controle, como debería suceder en un hábitat natural equilibrado. El problema es que puede consumir todo tipo de recursos, desde insectos y especies protegidas, a plantas, semillas y frutas. Actúa además como especie portadora de enfermedades”, afirma el gerente del el Consorci de Recuperació de la Fauna de Illes Balears (COFIB), Lluís Parpal. En su dieta está el ferreret, una especie endémica de Balears en peligro de extinción.
Para hacer frente a esta problemática existen tres vías de actuación: la administrativa, con la puesta en marcha de entidades específicas, como el COFIB, y de protocolos de acción implementados por técnicos especializados para la coordinación de los esfuerzos de ayuntamientos, empresas, asociaciones y particulares; la legislativa, con la aprobación de normativas que imposibiliten “o al menos compliquen”, matiza Bosch, la llegada de estas especies -en 2023, un decreto autonómico estableció unos periodos en los que árboles ornamentales de gran tamaño no podían entrar en las Pitiüses. Asimismo, desde 2013 existe el Catálogo español de especies exóticas invasoras que prohíbe su comercialización-; y la educativa y de sensibilización ciudadana, porque “cuando alguien compra una mascota, tiene que pensar que es para siempre”, señala Bosch.
Las tortugas de Florida que pueblan s’Albufera de Mallorca y Es Grau de Menorca fueron liberadas debido al hartazgo o la buena voluntad mal entendida de sus dueños, y su voracidad y mayor capacidad reproductora están desplazando a las tortugas autóctonas de los humedales de ambas islas.
Al menos, la población está cada día más concienciada. La colaboración de cientos de personas fue clave en la erradicación de la avispa asiática al informar de su avistamiento a través de una aplicación de móvil, y decenas de voluntarios están colocando jaulas trampa para cazar serpientes en las Pitiüses. Por ello, el COFIB pone a disposición de la ciudadanía la aplicación Línea Verde para comunicar incidencias sobre especies invasoras en Balears de una forma fácil y rápida, un empujón para erradicar esta amenaza para el delicado medio natural de las islas.
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