“He hablado con mis padres y mis hermanas. Por suerte ellos están bien. A la distancia se sufre más. Vivo en Mallorca con mi corazón en Ucrania”. Es de noche en Palma y Andrey Denisov cuenta las sensaciones que vivió apenas se enteró de que Rusia invadió su país en la madrugada del jueves.
Denisov vive en Balears desde hace un año y medio y trabaja en la construcción. Su primer destino fue Alcudia, ahora reside en Palma. “Lloré en mi trabajo, hay mucho pánico y preocupación”, agrega el joven de 25 años nacido en Járkov, una ciudad de 1,5 millones de habitantes situada a sólo unos 40 kilómetros de Rusia.
Y enseguida describe una situación que también sucedió en el inicio de la pandemia. “La gente tiene miedo y va al supermercado, entonces hay desabastecimiento. Comenzó la guerra y nadie sabe cuando va a terminar”, agrega.
El sentimiento de zozobra que asoma en el tono de voz de Denisov se multiplica en los casi 2300 ucranianos que viven en Balears, según el último censo.
“No es un día muy feliz. En la madrugada me he contactado con mis familiares. Por suerte están bien”, dice el artista Bogdan Tsupryk. Siente alivio porque hace un tiempo trajo a su madre. “Mi mujer es española y tenemos una hija pequeña. En agosto pasado fue la última vez que estuve en Ucrania. Fue un verano lindo, no esperaba que algo así pudiera suceder”.
Tsupryk hace 17 años que vive en Mallorca y trabaja en Son Amar. La posibilidad de que se desate un bombardeo nocturno en Kiev es lo que más le preocupa.
Una zona conflictiva desde 2014
El conflicto entre Rusia y Ucrania viene desde la disolución de la Unión Soviética. Pero en 2014 la intervención de Putin en Crimea revivió el estado de alarma en la región. Por ese tiempo Denisov vivía en su país, pero emigró para que no lo convocaran al ejército. Pasó varios años en Argentina y Brasil, y considera que su estancia por Sudamérica le hizo ver el mundo de otra manera.
“Rusia siempre lanza información falsa sobre Ucrania y Europa. Contaminan a la población con inventos. Tengo familiares en Rusia y he discutido con ellos. Especialmente con un primo. Conviene salir un poco para ver el mundo”, considera.
Tsupryk, por su parte, agrega: “Mi vida ahora es aquí. Tengo amigos que se alistaron en el ejército como voluntarios. Es una manera de defender tu patria, tus amigos, tus hijos. Si estuviera en Ucrania, también voy al ejército”.
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