Biel Amer es periodista, crítico de arte, comisario de exposiciones, experto en eventos culturales… El arte es su ecosistema. Ha publicado cientos de críticas de exposiciones y artículos sobre autores y, además, es colaborador de Mallorca Global. Amer ha publicado ahora su primera novela, “Elegía imperfecta”, que desarrolla su trama en la Mallorca rural de la posguerra.
Has dedicado varios años a “Elegía imperfecta”. ¿Cómo ha sido ese trabajo hasta que la novela ha visto la luz?
A partir de la idea que tenía, empecé a escribir y fui revisando mucho, viendo cómo encajaba todo, la trama iba surgiendo, los personajes tomando cuerpo y relacionándose en la medida que tú quieres que la historia avance. En este sentido, se trataba de dejar a los personajes crecer e ir enlazando las historias, creando las relaciones entre los personajes.
¿Cómo describirías la novela para que el lector sepa lo que va a encontrar en ella?
Es una historia en la que he tratado de generar un debate en torno a la relaciones humanas, que es lo que me interesa. Sobre cómo se relacionan las personas y dotando a estas de una historia propia, a cada uno de los tres personajes: padre, madre e hija. No tanto para justificar actuaciones sino también para entender que algunas cosas que pasan tienen un poso que viene de atrás. En esa historia, van apareciendo diferentes rasgos de la personalidad de cada personaje. El padre tiene que venir de Venezuela porque sus padres han muerto (después descubrirá cómo). La madre también tiene que venir a trabajar a Mallorca a unas minas en los años de posguerra. Retrato cómo vive esa llegada y cómo tiene que adaptarse a una vida diferente y nueva. Y la hija, que vive entre un amor y un desamor por parte de los padres e intenta descubrir cuáles son las causas. Ahí bascula la trama, que se resuelve en apenas dos semanas.
“El centro de la isla tiene otros tempos que, aunque hoy están más mezclados, a finales del siglo pasado todavía existían”
La historia transcurre en la Mallorca rural. ¿Qué papel juega la isla?
La historia de la Mallorca rural es esa que ocurre en diferentes ámbitos. La costa está mucho más desarrollada en otros aspectos. Pero la del centro de la isla tiene otros tempos, que hoy ya están más mezclados pero a finales del siglo pasado todavía existían. Incluso hay hábitos que hoy continúan. Es un escenario en el que los personajes van creciendo a pesar de los cambios sociales que existen. Hay elementos que son muy típicos, o tópicos, de esa parte rural de los pueblos que siguen viviendo no tanto de espaldas al turismo, pero sí a pesar del turismo. En el libro aparecen pinceladas que distinguen la vida de la costa, la capital o cualquier pueblo de la isla, que no ha tenido una industrialización y sigue viviendo del entorno en una calma que se erige también como valor.
¿Qué ha supuesto lanzar un libro en plena pandemia?
En enero de 2020 empecé a presentar el libro. La semana del confinamiento tenía dos presentaciones, en Santa Maria y en Alaró. Había estado en Manacor, Pollença, Inca, Palma… Pero las bibliotecas y centros culturales querían que acudiese a presentarlo. Con la pandemia todo quedó parado incluso hasta hoy por las restricciones a la hora de hacer este tipo de actos. No obstante, el libro se sigue vendiendo en librerías y en las plataformas digitales.
“El sector cultural está sufriendo. Los artistas siguen con su trabajo, pero falta el contacto humano”
Como experto en la materia, ¿cuál es el papel del arte en estos tiempos que corren?
El arte y la cultura no se han parado. Los artistas siguen trabajando, lo que sin embargo no hay es la presentación de la cultura. Hemos visto magníficas obras musicales, etc. desde casa a través de Internet. Pero te aprieta esa congoja de no saber si la obra la verá alguien o no. Actores, músicos, escritores… Al final todos lo sufren, y aunque sigan con su trabajo falta el contacto con el público. En el arte no es lo mismo el formato virtual, ya que su objetivo es entrar en la obra y que la obra entre en ti. El sector está sufriendo, pero salen a la palestra artistas que siguen trabajando. Se necesita el contacto humano, porque si no no avanzas.
¿Qué otros proyectos tienes ahora mismo en marcha?
Hay varias cosas que están pendientes. Es el caso de una exposición sobre el paisaje, que se ha visto retrasada por la pandemia. Por lo demás, sigo escribiendo, hay proyectos en marcha, pero cuesta concentrarse con menos libertad. Antes te mezclabas con la gente, conversabas, y eso aportaba y ayudaba al proceso creativo. Habrá que ver cómo evoluciona todo esto. Esperemos que pronto podamos volver a relacionarnos como antes.
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