Balears pone fin el próximo sábado 12 de febrero a la exigencia del certificado COVID para acceder a bares, restaurantes, locales de ocio nocturno, residencias de ancianos, gimnasios, cines, teatros, eventos deportivos y actos de afluencia elevada de gente. Así lo han acordado los miembros de la Mesa de Diálogo Social en la reunión que se celebró en el Consolat de Mar.
La consellera de Salut, Patricia Gómez, ha justificado la decisión de retirar la exigencia del documento, que estaba vigente en las islas desde octubre, por la mejora de la situación epidemiológica en Balears, con descenso de la incidencia y de los ingresos hospitalarios y en UCI, en una rueda de prensa tras la reunión del Govern con la FELIB y con agentes sociales y económicos.
También se eliminará este requisito para poder acceder al régimen de visitas y salidas en los servicios sociales de tipo residencial, viviendas supervisadas para personas mayores, personas en situación de dependencia y personas con discapacidad. En cambio, se mantendrá para los trabajadores de centros sociosanitarios y sanitarios.
El Govern considera que su aplicación ha sido útil en los últimos meses para contener y suavizar el impacto de la sexta ola de COVID-19 en Balears. Especialmente destacado ha sido el impulso que se ha dado a la vacunación contra el SARS-CoV-2, puesto que durante el plazo en el que ha estado en vigor más de 44.000 personas mayores de 12 años han optado por recibir al menos una dosis para paliar los efectos de la enfermedad.
Asimismo, la comunidad, a pesar del fuerte impacto que ha causado la variante ómicron —más transmisible que su predecesora delta—, ha estado mayoritariamente por debajo de la media española en lo que se refiere a la incidencia acumulada, tanto a 14 como 7 días.
Además, según el último informe elaborado por el Servicio balear de Epidemiología, el impacto de la sexta ola también ha sido más suave en términos proporcionales de hospitalización y defunciones que olas anteriores.
En el caso de los mayores de 64 años, de los 9.621 casos diagnosticados desde el 19 de octubre hasta el momento de la elaboración del informe, un 7,3 % requirió hospitalización en planta, un 0,68 % en UCI y un 1,18 % murió debido a la enfermedad.
En la anterior ola, entre el 18 de junio y el 18 de octubre de 2021 (2.592 casos en mayores de 64 años), el impacto era prácticamente cinco veces superior en el caso de los ingresos en UCI (3,1 %) y defunciones (5,2 %), y tres veces más elevado en el supuesto de los casos que precisaron ingresar en planta (20,8 %).
La situación epidemiológica ha mejorado en las últimas semanas, con una incidencia que ha pasado en solo una semana (del 2 al 9 de febrero) de una IA14 de 2.815 casos por cada 100.000 habitantes a una de 1.661 en el archipiélago. También ha mejorado la situación hospitalaria en los últimos 7 días: de 83 personas en UCI y 390 ingresadas en planta que había el pasado 2 de febrero, ayer había 61 en UCI y 343 en planta. Por todo ello, el Govern considera adecuado relajar medidas de cara a recuperar progresivamente la normalidad.
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