Tras casi dos años parados, los autobuses de hidrógeno de Palma han vuelto a la circulación. Estos vehículos, que permanecían inactivos por la falta de suministro de combustible, comenzaron a operar el pasado sábado, cuando trasladaron a los jugadores del RCD Mallorca al estadio Mallorca Son Moix y reforzaron el servicio para los aficionados.
Imagen de uno de los autobuses de hidrógeno de Palma. Foto: Ajuntament de Palma.
Desde entonces, los autobuses de hidrógeno de Palma se han incorporado al servicio regular y actualmente cubren las líneas L1 (Portopí-Sindicat), L24 (Antiga Presó-Nou Llevant), L20 (Portopí-Son Espases), L29 (Son Espases-Pl Progrés), L39 (Son Espases-Palau de Congressos) y L40 (Eixample Transversal). Algunos de los vehículos cambian de línea en diferentes momentos del día para adaptarse a las necesidades del servicio.
El regreso de estos autobuses ha sido posible gracias a que la planta de Lloseta ha comenzado a producir hidrógeno verde. Además, el actual equipo de gobierno municipal llevó a cabo la licitación y contratación del suministro, un paso administrativo necesario que no se había completado anteriormente.
Energía limpia
El hidrógeno verde es una fuente de energía limpia producida a partir de agua y electricidad renovable, como la solar o la eólica. Mediante un proceso llamado electrólisis, se separa el hidrógeno del oxígeno del agua sin emitir dióxido de carbono ni otros contaminantes. A diferencia del hidrógeno tradicional, que se obtiene a partir de combustibles fósiles, el hidrógeno verde no genera emisiones y contribuye a la lucha contra el cambio climático.
Es una opción clave para descarbonizar sectores como el transporte, la industria o la producción de energía, donde reducir las emisiones resulta más difícil. Además, puede almacenarse y transportarse con facilidad, lo que lo convierte en una solución estratégica para garantizar una energía estable y sostenible. El hidrógeno verde es una pieza fundamental en la transición hacia una economía baja en carbono.
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